Femicidio en Loma Hermosa | Marchi lo advirtió, la mató y se suicidó
El femicida de Verónica Villalba quedó grabado cuando la perseguía antes de dispararle cuatro veces en la panadería donde la mujer trabajaba. En Facebook había asegurado que “la venganza se sirve en plato frío”
La violencia machista no cesa, no perdona, no se previene. Esta vez las imágenes a mostraron cuando Hugo Antonio Marchi (65) persiguió a Verónica Esther Villalba (52), para luego dispararle cuatro veces en su trabajo, en Loma Hermosa. Después de asesinarla, Marchi se suicidó.
En la cámara de la panadería «Martín Fierro» se ve cuando el femicida ingresa al local en la madrugada del martes y se acerca a Villalba, quien se encontraba en la caja. El hombre la acosaba por redes sociales hacía ya un tiempo.
Después de un intercambio de palabras, ella huye del agresor, pero no bastó. Él la asesino de cuatro disparos.
El hecho sucedió en la madrugada de este martes en el partido de Tres de Febrero. En base a lo que se ve en las imágenes de la cámara de seguridad del comercio, luego de ingresar al local donde trabajaba Verónica.
Después de dejarle un papel sobre el mostrador, quien tomó, a él se le cae al piso el arma. Ella intenta escapar, pero el la persigue hasta el salón y le dispara. En el lugar también se encontraba otro empleado, un testigo clave para informar sobre la secuencia a la policía. Asimismo, contó que el agresor lo amenazó con matarlo.
La Policía Científica realizó las pericias en el lugar del hecho bajo las órdenes de la fiscal Marcela Costa, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de San Martín. Secuestraron el revólver calibre 38 con el que se cometió el crimen.
“La venganza se sirve en plato frío”
La dueña de la panadería contó que la víctima se separó de Marchi hace un mes, aunque él no dejaba de acosarla. El pasado 14 de agosto ella publicó en su cuenta de Facebook: “Felizmente soltera”. Él replicó: “Dolido pero no vencido” y “la venganza se sirve en plato frío”.
En diálogo con Infobae, la mujer contó que la amenazaba. “Le mandaba mensajes y decía que se iba a matar. Hace dos semanas, le pregunté a Verónica por qué no lo denunciaba y ella decía que como él nunca le había pegado ni nada, no le iban a dar bolilla”, contó.
La violencia que él ejercía no era precisamente física, no dejaba marcas en el cuerpo, pero no la dejaba en paz. “No le pegaba pero no la dejaba ni que se pinte las uñas, todo le molestaba”, detalló la dueña de la panadería, quien además era amiga de Verónica hace años.
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