Se acabaron los plenarios. Por primera vez en la historia argentina existieron audiencias informativas que traten la interrupción del embarazo con un carácter público y no clandestino. Por primera vez dejaron de silenciar historias, mujeres y muertas en manos de un aborto inseguro. El 13 de junio lo tratan en recinto diputados y diputadas para dar el paso que llevará este debate a la historia.
El movimiento feminista ha crecido en esta última etapa. De golpe se cayeron los velos que ocultaban las caras de las mujeres avergonzadas por prácticas que socialmente eran criminalizadas. De golpe la fuerza salió de adentro, de cada una de ellas, de nuevas y viejas, de últimas y primeras. Se acabó el silencio frente a un sistema que espera el silencio, el desprecio y el odio. Cayó el miedo, como lo hará el patriarcado.
Luego de escuchar alrededor de 700 voces, finalizaron todas las presentaciones informativas de personas pertenecientes a un sinfín de áreas que abarcaban desde la política, a la salud, docencia, investigación como también a organizaciones religiosas o pertenecientes a la iglesia. Escuchamos voces de mujeres fuertes, empoderadas y con un basto conocimiento de los derechos de la mujer y también, del otro lado, el conformismo con la violación, con el aborto inseguro y el desprecio de la mujer como si, simplemente, se tratara de un envase. Un debate que enriqueció y dio lugar a decir esas malas palabras para el conservadurismo. Todos los argumentos históricos que nos encierran en un rol pasivo y sumiso se vieron rebatidos por cada una de las personalidades que decidieron dejar una huella en esta lucha.
Mientras continúe la restricción, el aborto inseguro responde directamente a la acción política de quienes lo niegan y responden a la interrupción del embarazo con revictimización y castigo para aquellos cuerpos que quieren dar freno a un embarazo. Negar una realidad mundial, descartar la implementación de políticas públicas y no responder por los cientos de casos que ingresan a hospitales con abortos inconclusos o mal realizados nos hace parte de un negocio que descarta a las mujeres pobres y oculta a aquellas que pueden hacerlo con profesionales que las acompañen. La maternidad no debería sin una imposición ni una obligación para ningún cuerpo gestante.
Según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, desde el regreso a la democracia, hay alrededor de 3040 mujeres muertas por abortos clandestinos. El riesgo aumenta en los sectores más vulnerables y desprotegidos. En muchos casos se inducían las contracciones con la introducción de vegetales. Otras accedían al sometimiento de prácticas riesgosas que destruían su útero y muchas veces las mataban. La violencia y mortalidad crecen cuando se castiga a niñas que fueron abusadas con un embarazo no deseado y con el que, como niñas, no deberían continuar.
El aborto existió siempre. El deseo por maternar no es igual para todas. El sistema de adopción en Argentina cuenta con procedimientos burocráticos que atrasan y disminuyen las posibilidades para los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en espera de una familia. Nacen en soledad, permanecen en el hastío y la desesperación y culminan, a los 18 años, igual que al nacer, con ninguna esperanza ni familia que abrazar. Negar esta realidad mantiene el mismo cinismo y desprecio que el hecho de negar que las mujeres abortan. Con tu mirada lasciva y negadora y sin ella: las mujeres abortan.
Desde El Numeral apoyamos la aprobación de un aborto despenalizado, legal y seguro. Para que no hayan niñas violadas que sean obligadas a parir. Para que no haya criminalización, ni abandono. Para que la asistencia e información sea una práctica fáctica y regulatoria. Para que la ley nacional (26150) de Educación Sexual Integral, sancionada en el 2006, sea garantizada en todos los niveles de información escolar. Educar desde una cultura del consentimiento y no de la violación.
Las exigencias son pertinentes y de acción social: el grito para que la ley sea aprobada es de cada uno de nosotros y nosotras.
El camino es claro, el deseo también. Las voces se escuchan a lo lejos y los pies de todos y todas las que apoyamos esta causa se escuchan movilizar. Solo resta esperar que nuestro anhelo se convierta en derecho y nadie, nunca más, vuelva a abortar en condiciones inseguras.
Aborto legal, seguro y gratuito.
El 13 de junio, diputadas y diputados, cambien la historia.
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