Hepatitis aguda infantil | Cómo identificarla y de qué manera actuar
El Ministerio de Salud confirmó el primer caso de la afección en Argentina en un niño de 8 años de la ciudad de Rosario en Santa Fe.
En las últimas horas, se detectó el primer caso de hepatitis aguda grave en Argentina. Se trata de un niño de tan solo ocho años.
Anteriormente, desde la Organización Mundial de la Salud, se había emitido una alerta por causa de esta peligrosa infección que esta afectando a menores de todo el mundo. Según la OMS, hay mínimo tres víctimas fatales y ya se suman mas de doscientos casos reportados este último mes. Además de diecisiete trasplantes de hígado realizados.
Según el informe que acompañó a la alerta, la afección comenzó en Reino Unido, aunque no se identificó el origen de la misma. Desde entonces, el número de casos de hepatitis fue en crecimiento en otros países como España, Israel, Dinamarca, Italia y Estados Unidos entre otros.
Ahora, el Ministerio de Salud de la Nación informó el caso detectado en el Hospital de Niños de zona norte de la ciudad de Rosario, Santa Fe.
Síntomas
Entre los síntomas de la hepatitis infantil pueden aparecer: fiebre, fatiga, pérdida de apetito, nauseas o vómitos. Además, en algunos casos se registró dolor abdominal, orina oscura, heces de color claro, dolor en articulaciones y piel amarillenta.
Puntualmente, esta hepatitis produce ictericia (piel amarillenta), diarrea, vómitos y dolores abdominales. En algunos casos se ha requerido trasplante de hígado y al menos cuatro niños fallecieron tras éste.
Por el momento, una causa infecciosa parece ser lo más probable, pero no se estableció ningún vínculo común con un alimento contaminado o tóxico que pueda ser identificado.
¿Qué hacer frente a estos síntomas?
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría afirman que es necesario solicitar rápidamente laboratorio que incluya: Hemograma, hepatograma, proteinograma, glucemia, coagulograma, urea y creatinina. Además de realizar una ecografía abdominal.
A partir de ese momento, el paciente debe ser derivado a un centro de Hepatología pediátrica para continuar con los estudios diagnósticos.
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