Es Tuyo, del Barrio, de Todes

“Esto realmente tocó una fibra muy dolorosa de la historia jujeña”

“La última vez que se usaron camionetas de empresas para detener manifestantes fue en dictadura y hoy lo podemos ver en la causa de Ledesma”, recuerda Nayra Cachambi, integrante de Identidad Marrón Jujuy en diálogo con El Numeral.

En el octavo día de protestas en Jujuy, tras la liberación de varios de manifestantes que hasta anoche seguían detenidos, un enorme blindaje mediático y una gestión de derecha que parece no dar ni medio paso atrás, el clima para los vecinos y vecinas de la provincia es sumamente angustiante. “Morales ha tomado el poder legislativo, ejecutivo y empresarial, de esta manera hace y deshace a su antojo”, sostiene Nayra Cachambi, integrante de Identidad Marrón Jujuy en relación a como se viven los días posteriores a la brutal represión del martes.

Nayra es integrante de “Identidad Marrón”, un colectivo antirracista integrado por personas marrones descendientes de indígenas, de migrantes bolivianos o peruanos que han sufrido racismo constantemente en diferentes ámbitos. “Creemos que es importante visibilizar el racismo que viven las poblaciones indígenas y sus descendientes, con el objetivo justamente de derrumbar el racismo estructural, institucional y sistémico que persiste en nuestras sociedades”, explica la activista.

La reforma constitucional de Morales

“Los días posteriores a la reforma constitucional los vivimos con mucha angustia. Esta reforma constitucional contaba con 90 días para ser debatida, pero se aprobó en 19”, destaca Cachambi en diálogo con el medio. Asimismo, recuerda que Gerardo Morales sancionó una constitución con artículos que violan los derechos humanos, anula instituciones públicas y avanza contra las comunidades indígenas: “Hay artículos muy polémicos que avanzan contra los derechos constitucionales internacionales de las comunidades indígenas, artículos que disuelven instituciones como el Tribunal de Cuentas, que controla justamente el gasto público y otros que avanzan contra el derecho a la protesta, lo criminalizan, lo estigmatizan”.

En la misma línea, agrega que “las mismas comunidades indígenas manifiestan que la sanción de la reforma no cumplió con el proceso de consulta libre, previa e informada”. 

“No importaron ni las manifestaciones, ni la renuncia de distintos convencionales constituyentes, ni la voz de los pueblos originarios, esto se aprobó igual”

“Distintos sectores de la sociedad jujeña se han manifestado en contra de esta reforma, planteando que sienten vulnerados sus derechos. Durante las dos semanas de lucha no se han abierto canales de diálogo. La única respuesta que hemos obtenido fue un reto de patrón en el cual dice: bueno si no les gusta y tanto escándalo arma, vamos a retirar estos dos. Pero al día siguiente se aprobó un documento que no fue de acceso público. Los jujeños no accedimos jamás al documento”, sostiene. 

“No entendemos cuál es el apuro del gobernador de no querer abrir instancias de diálogo a sectores que manifiestan sentir vulnerados sus derechos. No importaron ni las manifestaciones, ni la renuncia de distintos convencionales constituyentes, ni la voz de los pueblos originarios, esto se aprobó igual”, concluye.

La represión y la detención de Sarys, una de las integrantes del colectivo

“El martes hubo una marcha organizada por la intergremial, pueblos originarios y organizaciones sociales que marcharon pacíficamente bajo la consigna de la reforma. Luego de que se aprobara la reforma procedió la represión. Se reprimió de una manera brutal. El pueblo jujeño hoy sigue consternado. Sigue asustado por la manera en la que se detuvieron a las personas, la presencia de infiltrados, los vehículos prestados y hasta que utilizaran la Legislatura como centro de detención”, explica.

Sarys Pérez es docente y actriz, se manifestaba pacíficamente al igual que todos estos días hasta que en momento quedó atrapada frente a la legislatura en un playón de autos. Se resguardó porque la policía lanzaba piedras, balas y gases lacrimógenos hasta que no encontró manera de correr por la cantidad de vehículos estacionados y es ahí donde la detienen.

Según explica Naira, Sarys deberá enfrentar cargos por invasión a propiedad pública y privada, atentado y resistencia a la autoridad. Sin embargo, gracias a la cobertura de medios locales se puede observar que la joven en ningún momento pone resistencia. Se ve justamente cómo le meten la cabeza dentro de la campera y se la llevan al centro de detención de la legislatura.

El mismo lugar donde se juró la reforma constituyente, minutos después fue utilizado como centro de detención

“El mismo lugar donde se juró la reforma constituyente, minutos después fue utilizado como centro de detención en el cual privaban de su libertad a docentes, a trabajadores estatales, a miembros de organizaciones sociales y colectivos de distintas índoles”, destaca Naira.

“Sarys logró salir la madrugada de ayer del penal, la liberaron, pudimos reunirnos entre compañeros, se encuentra bien, pero recaen sobre ellas los cargos que son totalmente falsos. Además la justicia se ha quedado con su teléfono para realizar investigaciones. Tienen el teléfono de la mayoría de las personas detenidas con el objetivo de buscar adentro de los celulares información que dé cuenta de la complicidad con Milagro Sala o con organizaciones sociales-políticas. Una locura, porque además de la condena hay persecución ideológica y una serie de violaciones de derechos humanos escalofriante”, agrega.

“La última vez que se usaron camionetas de empresas para detener manifestantes fue en dictadura”

Uno de los videos más impactantes que circuló en redes durante estos días, expone como oficiales de la policía local armados que recorrían un barrio jujeño arriba de una camioneta blanca, revientan una puerta para entrar (sin ningún tipo de orden judicial) a un domicilio a detener vecinos y vecinas.

“Acá se tuvieron personas que caminaban por la calle. Se realizaron detenciones y allanamientos ilegales a mansalva. Se disparó sin piedad a los ojos, a la cabeza. Lanzaron gases lacrimógenos. La represión avanzó casi 15 cuadras desde el centro, se lanzaron a los barrios camionetas blancas con policías cargados de escopetas”, recuerda la integrante de Identidad Marrón.

“La última vez que se usaron camionetas de empresas para detener manifestantes fue en dictadura y hoy lo podemos ver en la causa de Ledesma, por ejemplo. Esto realmente tocó una fibra muy dolorosa de la historia jujeña. Son detenciones y desapariciones que hasta el día de hoy lloramos. Fue el pueblo jujeño el que se puso a buscar justamente las patentes y desarrolló la imagen en la que uno puede identificar la patente, el titular y la vinculación empresarial. Esto fue algo sumamente tenebroso que nos recuerda momentos trágicos de nuestra historia que hasta el día de hoy repudiamos y vemos las consecuencia”, agrega.

“La última vez que se usaron camionetas de empresas para detener manifestantes fue en dictadura y hoy lo podemos ver en la causa de Ledesma”

“En Jujuy se han violado sistemáticamente los derechos humanos de la mano de Morales y de la mano de todos sus cómplices, los distintos poderes empresariales, judiciales, legislativos. Si detuvieron a la diputada del FIT Natalia Morales, ¿Qué queda para el resto del pueblo jujeño racializado, que no tiene ningún cargo público, que no tiene ninguna organización que las respalde por detrás?”, concluye.

Momento de volver a las bases

Por último, al ser consultada sobre cómo continúa la lucha del pueblo después de la violenta escena que dejó Morales y el miedo instalado en la población, Naira asegura que es fundamental protegerse entre compañeros y recordar cuales fueron los primeros reclamos para abrazarlos y continuar la lucha.

“Nos queda protegernos saliendo en bloque y hablando constantemente, gracias también a la ayuda de los compañeros de identidad marrón que se encuentran en Buenos Aires que nos pudieron facilitar algunos contactos, porque teniendo en la provincia un gobierno radical que justamente intenta avanzar sobre los derechos, viola las formas históricas de lucha y las criminaliza claramente muchas opciones no nos quedan acá para pedir ayuda. Creo que lo que nos queda es unirnos justamente a las decisiones conformadas por la integremial, las organizaciones sociales y por los indígenas a acompañar esta lucha y resistir ante el destrato, el autoritarismo, la violencia que caracteriza el gobierno de Gerardo Morales desde su asunción”, destaca.

“Consideramos que es fundamental ahora, más allá de denunciar la violencia y la violación de derechos humanos, sentarnos y volver a nuestras bases. Tenemos que recordar por qué decimos arriba los salarios, por qué decimos arriba los derechos y por qué decimos abajo la reforma. Creemos que estos días van a ser momentos de muchas decisiones, de muchos cambios y de mucho diálogo. En este sentido entendemos que la unidad es fundamental”.

“¿Qué queremos hacer en los próximos años: entregarnos al despojo, al saqueo, al extractivismo y seguir con aparatos represivos-violentos o queremos transformarlo todo?”

“El problema hoy no son solamente los salarios, sino que el problema de fondo es cómo queremos que siga el futuro de nuestra provincia. Cómo queremos que sean utilizados nuestros recursos naturales y cómo queremos que sean distribuidas nuestras riquezas. Es fundamental que podamos volver al diálogo y plantear que el problema no acaba en los salarios, en la violencia o en el autoritarismo de Morales. El problema de fondo es qué tipo de Estado queremos para Jujuy, qué tipo de gobierno queremos. ¿Qué queremos hacer en los próximos años: entregarnos al despojo, al saqueo, al extractivismo y seguir con aparatos represivos-violentos o queremos transformarlo todo”, se pregunta.

Nos queda resistir, nos queda poner el cuerpo y pedir que la atención de medios nacionales e internacionales siga puesta aquí. Mientras más ojos haya sobre Jujuy, menos derechos van a ser pisoteados y menos sangre va a ser derramada”, concluye.

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