#ElNumeral entrevistó a Rodolfo Hamawi, director del Centro Universitario de Industrias Culturales Argentinas (CUICA) institución que depende de la Universidad Nacional de Avellaneda.
– ¿Cómo nace el CUICA?
El CUICA surge a partir de una necesidad de involucrar a la universidad pública con los productores culturales de la región y formar a los alumnos de la universidad en un mundo cada vez con más desarrollo y crecimiento a partir de las industrias culturales. Es uno de los sectores que más creció en los últimos años y esto posibilita el acceso a bienes y servicios, que provocó un crecimiento de los sectores que antes eran marginales para convertirse en protagonistas.
– ¿Qué son las industrias culturales?
Las industrias culturales son esas herramientas que nos permiten transmitir las creaciones populares. Nosotros apostamos a que produzcan para estimular la creatividad, el pensamiento y la identidad propia. Cuando hablamos de estos instrumentos, nos referimos al libro, la película, la música, el diseño, las artes escénicas, entre otros.
– ¿Cómo es la relación artista – productor?
Hay que entender a la industria cultural como un sistema. Todos los creadores necesitan un entramado industrial y comercial. Hoy tenemos un sector de miles de productores pequeños, cooperativos, auto gestionados, que haciendo uso de las nuevas tecnologías que facilitan la producción y la circulación. El desafío es que los distintos sectores puedan estar conectados, en red e ingresar al mundo cooperativo para poder profesionalizarse.
Debemos encontrar un nuevo sistema de organización para empezar a producir y a distribuir no aceptando forzosamente los cánones de la distribución tradicional, elitista y oligopólica.
Este sector necesita fortalecer sus capacidades de producción, necesita herramientas tecnológicas, de gestión, metodologías de trabajo, canales de distribución, y en esto aparece la universidad como un espacio muy adecuado para, en conjunción con estos sectores productivos, fortalecer su capacidad de producción.
“Tanto en Argentina como en el mundo es un sector que crece. En nuestro país 30 mil personas trabajan y aporta el 3,8 por ciento del PBI. El gran problema de las industrias culturales es el fenómeno de concentración e internacionalización que se ha producido desde los años ’90. Hay cuatro discográficas que manejan el 90 por ciento del mercado discográfico; 20 editoriales que manejan el 65 por ciento de la edición en Argentina; 3 o 4 distribuidoras de cine que concentran la distribución cinematográfica”, cuenta Hamawi.
– ¿Cómo tomaste que sea la Universidad Nacional de Avellaneda quien da el puntapié inicial para comenzar este proyecto?
Con mucho entusiasmo. Por un lado porque es una universidad muy dinámica, muy activa y con calidad. Es muy interesante la ubicación geográfica. Avellaneda, es provincia de Buenos Aires pero estamos pegados a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es decir que nuestro territorio de trabajo se extiende más allá de la provincia de Buenos Aires. Además, la gran producción cultural que tiene la ciudad de Avellaneda lo hace un lugar ideal para comenzar.
– ¿Esto es el comienzo de los CUICAs?
Estamos proyectando GeoCultura, que será un relevamiento de todos los productores culturales de Avellaneda que estará reflejado en un mapa interactivo. La idea es articular esto con las distintas universidades del territorio para hacer algo más amplio y común. Con esta tarea tendríamos relevado – por lo menos – todo el sur del conurbano.
En agosto comenzó la oferta de cursos de formación y cátedras abiertas. Además se proyectan seminarios de formación de marcas, utilización de Internet para la promoción y desarrollo de ferias nacionales e internacionales. “Vamos a encarar investigaciones, articuladas con las otras áreas de la universidad, sobre cómo acercar elementos tecnológicos y formativos a los productores culturales”, afirmó Hamawi.
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