Un proyecto contra la Soberanía Alimentaria
Con el acuerdo de Cambiemos y aliados, el oficialismo busca habilitar en el Congreso el debate de un proyecto que habilitaría la extranjerización y el patentamiento de semillas, y pondría el insumo básico del alimento en manos de las mismas compañías que contaminan los campos con agrotóxicos.
Las comisiones de Agricultura y Ganadería, de Legislación General y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados hoy pueden dar dictamen y habilitar el tratamiento de la “Ley de Semillas”, que constituye un paso más hacia la extranjerización de las semillas, y que las empresas transnacionales beneficiarias de la posible sanción puedan cobrar a los agricultores regalías por el “derecho de uso propio”.
El oficialismo en la cámara baja no tendría problemas para reunir las voluntades y tratar el proyecto antes del fin de año parlamentario, pese al rechazo a la denominada “Ley Bayer Monsanto” de organizaciones ambientalistas nucleadas en una multisectorial.
Patricio Eleisegui, escritor, periodista y autor del libro “Envenenados” en el cual relata el negocio y los efectos de la contaminación por agrotóxicos de los campos y sus efectos en la salud, conversó con El Numeral sobre este tema: “que las compañías tengan un control sobre estos organismos vivos, que puedan someter a productores a controles de policía, que los productores tengan que pagar regalías permanentemente, son cuestiones que se contemplan en la Ley de Semillas”.
Al profundizar en la cuestión, Eleisegui alerta que una ley como esta puede “limitar y erradicar las posibilidades de los campesinos guarden semillas para las próximas cosechas, hacer que todo el tiempo tengan que estar comprando y las empresas tengan el monopolio del insumo básico del elemento de la alimentación».
Las empresas beneficiarias de una reglamentación como la que se intenta debatir son también la que han introducido agrotóxicos a los campos de nuestro país, y sus efectos no solo son perjudiciales para la salud, sino para el ambiente en el que nos desenvolvemos: “estamos perdiendo biodiversidad, a partir de variedades de manipulación genética que no hacen más que destruir la diversidad silvestre, las semillas tradicionales se están extinguiendo, porque las resultantes plantas que surgen de la cruza ya son un transgénico, y caemos en las garras de estas compañía que tienen propiedad intelectual, y ejercen un control económico de las producciones, lo que golpea al pequeño y mediano productor, que no puede afrontar los costos de estas empresas que se están quedado con estas semillas».
Los principios de la agricultura responsable tienen que tener como patas excluir el uso de agroquímicos y desterrar la siembra de transgénicos, “algo totalmente inverso a lo que promueve el estado argentino en las últimas décadas”, sostiene Eleisegui, cuya descripción pone a los principios de la soberanía alimentaria en el terreno de una utopía de la cual nos alejamos cada vez más.
“Este no es el primer intento de modificar la ley argentina en el sentido que plantean las empresas y es parte de una ofensiva mundial para poner bajo control corporativo las semillas, que están en la base de todas las cadenas agroalimentarias”, sostiene en un comunicado la Multisectorial contra la ley Monsanto Bayer de semillas en oposición al tratamiento de este proyecto. Por esto darán una conferencia de prensa en las puertas del Congreso mientras puertas adentro se busque obtener dictamen de mayoría.
Además, la Multisectorial reclama que durante las audiencias preliminares no se hizo público el texto y el contenido del proyecto, y denuncian que “es fruto de la negociación a puertas cerradas de un puñado de corporaciones del agronegocio excluyendo a la enorme mayoría de los actores involucrados y a ciudadanos y ciudadanas en general”.
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