Daenerys y el relato del “populismo”

El personaje de Daenerys Targaryen fue la viva imagen de Game of Thrones. No hay que investigar demasiado para saber que las personas que no miraban la serie, conocían a la Madre de Dragones y la reconocían como el ícono del programa.  Muchos políticos fueron relacionados con su personaje y varios tildados de “populistas”: no solamente Cristina Fernández de Kirchner, también los españoles de PODEMOS, armaron videos con su candidata, Teresa Rodríguez, comparándola con la liberadora de esclavos. Los guoinistas fueron muy claros desde el principio con la actriz, Emilia Clarke “Los creadores de la serie, David Benioff y D.B. Weiss me habían dicho que mi personaje era una mezcla de Napoléon y Juana de Arco.”

Juana de Arco, la patrona de Francia. Llevó a su  Patria al triunfo contra los ingleses en las Cruzadas y fue asesinada en la hoguera, por francesa, por ser amada por su Pueblo,  por bruja, por mujer. La verdad es que no hubo mucha diferencia entre una muerte  y la otra. Juana murió asesinada y traicionada por su propio rey. Daenerys forma parte de los personajes que la televisión construyó para ejemplificar. Siempre el llamado populismo se termina transformando para el sistema en una tiranía.

No venimos a analizar lo que fue una temporada acotada, si lo que forzó a los guionistas a apurar las cosas y realizar cambios “drásticos” en la trama. Lo que llevó  a una locura sin sentido  (el que piense que la desconfianza es locura, que diga si no es desconfiado). Sino como los apresurados cambios nos mostraron un perfil absolutamente distinto de este personaje. Comenzó como “la quebrantadora de cadenas”, Daenerys no paró de liberar esclavos en Mereen y asesinar a los tiranos que justamente habían torturado durante años las vidas de miles de personas. El populismo según la Real Academia Española (RAE) es “gobierno de las clases populares”, por esta razón se comenzó a relacionar al personaje de la Madre de Dragones con una populista.

Tyron hace alusión a esto en el último capítulo “Cuando mató a los esclavistas de Astapor, seguro solo los esclavistas se quejaron. Después de todo eran hombres malvados.  Cuando crucificó a cientos de nobles en Mereen, quién negaría que eran hombres malvados? Los Khal de Dothrak que quemó vivos le habrían hecho algo peor a ella. A donde ella va, hombres malvados mueren y la alabamos por eso.  Y se vuelve más poderosa.” Minutos antes de esta escena, se presentó una mucho más colosal. Daenerys salió  a las puertas de lo que supo ser el castillo. Sus soldados inmaculados la esperaron en una formación que recordó muchísimo a las filas nazis que desfilaban delante de Hitler. Cuadrados perfectos, todos en línea recta y la reina que prometió defender a los más humildes, transformada en una tirana absoluta.

Los gobiernos populares fueron relacionados muchas veces con el nazismo. El ejemplo más cercano, es el gobierno de Perón. La historiadora Gabriela Weber, doctorada en Berlín, pero radicada en Argentina, explicó en una entrevista realizada en la radio La Metro de donde surge esta teoría. “Después de la guerra, muchos países estaban detrás de los ingenieros alemanes. Perón no era nazi, tampoco antisemita. Admiraba a Musolini y quería construir una industria fuerte en Argentina. En realidad mucho se fueron a Estados Unidos que era la potencia vencedora. La diferencia con Argentina es que Estados Unidos eligió a los alemanes que llegaron. Argentina no, y eso fue un grave error.” Ese “grave error” valió para que con el pasar de las décadas se relacione al peronismo con el fascismo.

No fue el único. El gobierno de Chávez, de Cristina Fernández de Kirchner, de Maduro en estos momentos. Todos son tildados de “fascistas” ante los medios de comunicación y los altares culturales del imperio estadounidense. Desde la guerra fría, las pantallas se llenaron de alusiones al “mal”. Siempre de color rojo, ruso, en su defecto alemán.  Seguramente nadie vio “Flipper 2” (si, el delfín) donde tropas cubanas secuestran al pobre bicho y los héroes americanos deben liberarlo. Los conflictos fueron avanzando y los perfiles de los malvados se fueron modificando. Llegó la guerra que Estados Unidos mantuvo con Irak y allí también hubo personajes que mutaron de rojos a árabes. En la película “300”, se hace una fuerte defensa de los marines (los soldados espartanos poco tenía de griegos, mucho de yankees) justamente en el momento más violento de toda la ocupación a Irak. Ese año, su presidente George Bush aumentó el número de soldados y envió sumas millonarias para derrotar a los focos de resistencia que aparecían en el territorio.

En este caso, vemos a una mujer que había comenzado ganándose el amor de su pueblo, volverse loca, sedienta de poder, sin muchas vueltas. Jose Pablo Feimann escribió en Página 12 “El populismo no tiene por qué ser demagógico. Sucede que para la derecha siempre que se beneficia a los que menos tienen se hace demagogia.” Daenerys parece no ser la diferencia. En un mundo donde los que defiende a los oprimidos debe ser corregidos, el final de este personaje fue una muerte anunciada.