Se me piantó más de un lagrimón y en mi cabeza son teloneros de mis pensamientos. El clan Montaner tiene una pizca de creatividad que sí, hay que reconocerlo. También que por dos pesos, una camarita y agarrando a todos de extras, logran cosas que no cualquiera puede hacer.
En tiempos donde el odio se cosecha a montones, la historia de amor de Camilo y Evaluna ha logrado meterse en nuestras vidas. Sin quererlo, sabemos casi tantas cosas de ellos como de nuestra propia vida. Y no sé cómo sucedió, pero simplemente atravesamos nuestros días cantando algún tema que tiene a un Montaner o a Camilo entre sus autores.
Pero esta vez, el video de dos pesos no hablaba sobre «una vida que no es de ricos», ni de «usar cosas caras» para complacer a alguien, esta vez habla lisa y llanamente de una maternidad deseada, esperada. Incluso, pareciera hasta soñada.
El video de 3 minutos 34 segundos anuncia la llegada de alguien que, hasta mediados del video, no sabemos quién es. «Cuando la historia parecía completa, le diste una vuelta de 360°. Tu eres el 50 de mi 50 y ahora todo huele y sabe mejor», advierten.
«Yo se lo pedí al de arriba, pero contigo se le fue de la mano. Qué buena suerte la mía, gané sin jugar la lotería. La falta que me hacías, contigo Navidad llegó temprano», sigue con un derroche de ternura.
Por su parte, Camilo anuncia «si pienso que vienes, tiemblo como un flan. Para hacer contigo ya tengo mil planes». Y remata: «Soy el presidente de tu club de fans»
Mientras que Evaluna agrega «es que lo bueno toma tiempo, a veces, yo tuve que esperarte 9 meses«.
La letra es un poema, de esos que hace rato no encontramos. Por supuesto atrás hay una campaña impresionante y son, al final, los mismísimos Evaluna y Camilo. Pero la ternura, compañeros y compañeras, me ha atravesado como hace rato no sucedía.
Y si, podemos caer en los clichés, que está todo armado como una fantástica campaña de marketing, pero déjenme creer que aún hoy nada se ama más que lo que se desea. Más allá del amor romántico, de la religión o posición política.
El deseo y la elección de maternar
La parte más preciosa del video es que anuncian la llegada de un futuro hijo, pero lo hacen con una alegría que contagia. Entre «buena suerte» y «ganar la lotería», maternar pareciera algo que se disfruta cuando se desea. Gestar con amor, con deseo y acompañados de toda la familia.
Al principio, el video se centra en ellos dos, pero mientras pasan los segundos, la familia comienza a aparecer. Entre sorpresa, llanto y saltos de alegría, Índigo llega con dos certezas: la familia lo espera y desea y nunca va a tener que preocuparse por pagar un alquiler.
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