El color del reencuentro
Se celebra una nueva Marcha del Orgullo en la Ciudad de Buenos Aires, después de una pandemia que impidió su celebración durante el 2020. Colores, fiesta y el sabor del reencuentro.
Llegó el día que esperamos hace dos años y no lo podemos creer. Hoy las calles vuelven a llenarse de glitter y música. Los brazos vuelven a entrelazarse como las consignas pintadas en cada uno de los carteles que sobrevuelan la masa popular. Dos años esperamos para volver al lugar que nos pertenece a quienes creemos en la conquista de derechos, en quienes reivindicamos el orgullo y entendemos está marcha como algo más que una bandera de colores que flamea en el Congreso.
Hoy volvemos a encontarnos, los putos, las tortas, las travas, trans, identidades no binarias y todes aquelles que un día nos fugamos de esta maldita heteronorma que tantas vidas se llevó. Marchamos, cantamos, copamos esos camiones. Levantamos las banderas y miramos al cielo, honramos la lucha de Carlos Jauregui, Lohana Berkis, Diana Sacayán y tantos invisibles que lucharon, y siguen luchando; en misma sociedad que los excluyó.
Lo que no se nombra no existe
Levantamos la voz por todes aquelles que no pudieron nombrarse, que fueron silenciades. Gritamos con furia, nos alzamos y no retrocedemos. Ya son 30 las marchas en nuestro país y podemos celebrar que en los últimos 10 años conquistamos leyes que nos adeudaron históricamente. Desde la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, el Cupo Laboral Travesti y Trans, y el DNI para identidades no binarias.
Marchamos porque otres marcharon antes, marchamos porque somos el resultado de un proceso de lucha de más de 30 años, marchamos para reinvidicar el orgullo, para que las infancias sean libres, para que se termine el binarismo, marchamos para que respeten nuestros pronombres, marchamos para que dejen de matarnos, marchamos para visibilizar que hay una parte de la sociedad que nos discrimina, marchamos porque esa discriminación nos mata, marchamos porque queremos que Tehuel aparezca, marchamos porque queremos que el Estado nos cuide y garantice derechos. Marchamos por todas las travas que no superaron la expectativa de vida de 35 años, marchamos por las que sí lo hicieron y hoy avanzan a paso firme.
Sabemos que una verdadera transformación solo va a darse ocupando los espacios, sin pedir permiso. Creemos en la política como la única herramienta para dar las batallas necesarias, para construir un país con igualdad de derechos, un país donde podamos vivir nuestras identidades sin violencias, un país donde podamos volver a casa. Queremos dejar de sentir miedo.
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