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Soledad Acuña: «Es muy tarde para salir a buscarlos»

La ministra de Educación porteña afirmó que los estudiantes que abandonaron el colegio "seguramente ya están perdidos en un pasillo de una villa". Durante el aislamiento: ¿Era política o marketing?

Después de varios meses sin escuchar su nombre, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, volvió a ser noticia. En esta oportunidad tampoco fue por una política educativa, sino por un discurso excluyente y desgraciado.

Desde las áreas de la Educación, plantear un discurso condenatorio nunca es una salida. En las últimas décadas se buscó profundizar la inclusión y romper con los discursos estigmatizantes. Sin embargo, pese a ello, en la Ciudad no es algo que se pueda destacar.

En esta oportunidad, Acuña aseguró: «en julio de 2020 eran 6.500 los estudiantes que se habían desconectado de la escuela. Para comienzos de 2022 son 100 chicos que quedan en esa situación». Y resaltó: «después de dos años, es muy tarde para salir a buscarlos. Esos chicos seguramente ya están perdidos en un pasillo de una villa, ya cayeron en actividades del narcotráfico o tuvieron que ponerse a trabajar».

Para el macrismo se cae en la educación pública y también se cae «en actividades del narcotráfico». De la meritocracia y la ausencia estatal en espacios que deben eliminar las desigualdades sociales y contribuir por un país más justo e igualitario.

«Después de dos años, es muy tarde para salir a buscarlos. Esos chicos seguramente ya están perdidos en un pasillo de una villa, ya cayeron en actividades del narcotráfico o tuvieron que ponerse a trabajar».

Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad

Y siguió. «Perdieron todas las posibilidades y su propia fe respecto a las oportunidades de estudiar». Al final intentó un manotazo de ahogada, pero terminó de cerrar su opinión exactamente en la misma línea.

«Obviamente hay que intentarlo, pero es mucho más difícil que si se hubiera conocido y tomado decisiones hace dos años», agregó.

La gestión de la Ciudad pasó de una educación presencial cuasi obligatoria en un contexto de medidas restrictivas, a separar y estigmatizar a niños, niñas y adolescentes que se desvincularon con la escuela.

¿Era política o marketing?

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