“Me empezaron a patear la cabeza al grito de ‘puto de mierda’”
Alejandro y Gabriel fueron víctimas de un ataque homoodiante al salir de una fiesta en el barrio porteño de Balvanera. En diálogo con El Numeral, Gabriel resalta la negligencia de la Policía de la Ciudad y el personal de salud que los atendió.
Gabriel Garvizú (29) y Alejandro Oscar Ibarra (32) fueron víctimas de un ataque homoodiante al salir el lunes de la fiesta LGTB San Martín Fest en el barrio porteño de Balvanera, puntualmente en El Teatrito, ubicado en la calle Sarmiento 1752.
Al grito de «puto de mierda», ocho hombres los agredieron con golpes y piedras. En diálogo con El Numeral, Gabriel Garvizú relata lo sucedido y apunta contra el accionar negligente de la Policía de la Ciudad y el personal de salud que no supo estar a la altura de lo sucedido.
No se puede vivir así, salir a una fiesta y tener miedo de que un grupo de 8 tipos te insulte, te humille y te ataque. Parece que estamos en la Edad Media, donde predomina el salvajismo. Les pido que compartan acá les dejo las historias de los chicxs que fueron atacados al grito de «puto de mierda». pic.twitter.com/OWLwagcXEc
— Sobvio Txica ❤️🔥 (@sobviotxica) August 19, 2022
«Fuimos a la San Martin Fest, donde nos encontramos con Alejandro, un amigo que hace muchos años no veía. Ese era motivo del encuentro, celebrar nuestra amistad y el amor que nos tenemos», explica.
«Salimos del lugar a las 7hs, salimos contentos, salimos bien. Dando la vuelta sobre Rodríguez Peña, yendo hacia la parada del colectivo que nos deja a ambos en nuestros hogares, nos empiezan a agredir como 8 personas, todos masculinos. No recuerdo las caras, ni como estaban vestidos, tampoco en que momento empezó la agresión. Solo vi que empezaron a golpear a Alejandro, yo me metí y traté de defenderlo», relata.
«Me golpearon la cara, me atacaron a mi también, me empezaron a patear la cabeza y a Alejandro también al grito de palabras de odio como puto de mierda»
GABRIEL GARVIZÚ
Y agrega: «Reaccioné con mucho miedo, realmente no quería que lo lastimen. Agarré piedras, en el lugar hay dos volquetes y empecé a defenderlo. Me golpearon la cara, me atacaron a mi también, me empezaron a patear la cabeza y a Alejandro también al grito de palabras de odio como «puto de mierda». Fue horrible la situación, no podía enfocarme. Eran cuatro personas agrediendo a cada uno y nunca había vivido una situación similar«.
Para Gabriel, fue claramente un ataque de odio ya que no les robaron nada. «No encuentro otra explicación ante tantos insultos que nos dijeron, ante tantos golpes en todo el cuerpo. A Alejandro le dijeron cuando estaba tirado en el piso que le iban a robar el celular, pero no lo hicieron. Creo que la finalidad era matarnos, no encuentro una lógica en pegarle piedrazos o patadas en la cabeza a una persona«, sostiene.
Según lo relatado por el joven, actualmente Alejandro tiene cortes en la cabeza, el maxilar quebrado y casi sufre pérdida de conciencia.
«Creo que la finalidad era matarnos, no encuentro una lógica en pegarle piedrazos o patadas en la cabeza a una persona»
La ambulancia nunca llegó
Gabriel asegura que no sabe si algún vecino llamó al 911 o si la policía justo pasó por la zona, pero finalmente se hicieron presentes sobre la esquina de Av. Callao y Av. Sarmiento.
«Nos derivaron al Hospital, ya que no llegaba el móvil del SAME. Hice reiterados llamados para ver por qué no llegaba la ambulancia. Tampoco nos llevaron ellos por su cuenta ni al hospital más cercano, ni a hacer la denuncia. Fue lamentable el momento de vulnerabilidad que sufrimos», nos cuenta.
«Llamé a fiscalía también, no me han atendido en ningún momento y como no llegaba la ambulancia decidimos irnos en un taxi hasta el Hospital Ramos Mejía, que es el único que recordaba en ese momento. Cuando llegamos, nos estaba esperando un amigo a quien le avisamos de lo sucedido y entramos por el sector de ambulancias. Allí nos intercepta un médico que nos dice que no podíamos estar en ese lugar, que debíamos tomarnos un taxi e irnos al Hospital Argerich porque no había tomógrafo en el hospital.
Sin habernos revisado, curado, sin habernos hecho una placa simplemente se quiso desligar y hacer abandono de persona«, recuerda.
Y agrega: «Cuando le pregunto si era doctor, camillero o enfermero me dice que no era nada y se mete nuevamente a la oficina. Entramos por el sector de guardia, nos ayudan dos personas del personal de seguridad y cuando nos ofrecen agua Alejandro empieza a vomitar sangre. Ahí recién nos atienden«.
«Habremos llegado a las 09hs al Hospital Ramos Mejía y, tiempo después, nos atendieron. A Alejandro lo derivaron al Sanatorio Colegiales, por su obra social. Yo exigí los datos de esta persona, quería saber quien nos negó la atención. Desde el hospital, jefes de guardia y compañeras se negaron a brindarme la información en todo momento. Llamé a la policía explicando lo sucedido y se hizo presente un móvil de la Comisaría N°3, se metió a la oficina con este doctor que no se quiso identificar y a mí me sacaron del hospital. Exigí que tomen los datos y me trajeron datos que no correspondían», detalló.
«Estamos saliendo adelante y agarrando fuerza para hacer la denuncia correspondiente, tanto a los agresores como al personal policial y médico»
Además, advirtió que harán la denuncia a través de la Defensoría, ante el Ministerio Público Fiscal el próximo lunes. Señaló que Alejandro aún debe recuperarse porque «está muy delicado, tanto física como emocionalmente».
«Yo por momentos tengo muchos altibajos, pero estamos saliendo adelante y agarrando fuerza para hacer la denuncia correspondiente, tanto a los agresores como al personal policial y médico», concluyó.
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