A dos años del femicidio de Lucía Correa

Lucía Correa Arenas tenía 25 años, era madre de una niña de siete y un hijo de diez años. Había llegado hace algunos años de Bolivia y actualmente vivía en Ángel Etcheverry, La Plata, junto a sus hijos y a quien era su pareja.

Este último, Roger Ismael Cara Tarraga, de 24 años, fue quien el 3 de agosto por la noche la asesinó de un disparo.

Lucía era agricultora y, al igual que el femicida y su familia, formaba parte de la Unión de los Trabajadores de la Tierra (UTT).

Tarraga le disparó delante de su hijo de 10 años, en la casa de familiares de él. Cuando llegó la ambulancia ya era tarde. El femicida intentó fugarse después de asesinarla, pero la policía lo encontró más tarde en la zona.

Posteriormente, los médicos del SAME constataron que la joven había muerto como consecuencia de la lesión que le produjo un proyectil.

Después de trasladarlo a la comisaría, allanaron la casa donde encontraron un revólver calibre 22 que fue incautado para los peritajes. Tarraga fue detenido e imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo, por violencia de género y el uso de arma de fuego.

En este mundo es más peligroso tener pareja que salir sola a pasear a las dos de la mañana. pic.twitter.com/MgMFLZyJ1W

— Ámbar Violeta (@RabiosoPescado_) August 3, 2020

En ese entonces, la UTT quedó convulsionada por la noticia, el impacto fue muy triste y abrió nuevas puertas para debatir las violencias que se sufren dentro de sectores rurales.

«Hoy la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la tierra llora. Nuestra compañera Lucía Correa Arenas, mujer de la tierra, fue asesinada ayer en La Plata, provincia de Buenos Aires», señalaban. «No hay Soberanía Alimentaria si las mujeres y campesinas que producimos alimentos, que sostenemos nuestras familias y cuidamos de la tierra, sufrimos violencias. Hoy gritamos ¡BASTA! Seguiremos luchando, con potencia feminista y colectiva. Por Lucía y por todas. No estamos más solas, estamos organizadas», comunicaron desde sus redes.