¿Doble vara? El día que España envió falsos discapacitados a los Paralímpicos
Argentina se impuso ante Países Bajos, pero la prensa de todo el mundo cuestionó la actitud de los futbolistas argentinos. Uno de los países que más críticas sumó fue España, por ello elegimos recordar el bochorno en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000.
Argentina pasó a semifinales de la Copa Mundial de Qatar. Después de un sufrimiento que se prolongó y concluyó en penales, el seleccionado logró desahogarse y pasar de fase.
La victoria argentina también trajo otro deshago por las críticas de Van Gaal, la provocación de los jugadores de Países Bajos y los tiempos y amarillas de un árbitro que dirigió un partido muy dudoso. Los futbolistas sintieron la presión y, pese al empate sobre la hora, lograron continuar en esta Copa que tantas sorpresas ha dado.
Después de imponernos, la reacción de los jugadores fue de euforia y alivio. Y detrás del capitán, Lionel Messi, muchos se refirieron a lo que se vivió en la previa y adentro de la cancha. El ’10’ hizo una clara señal frente al DT rival, se impuso con una actitud que genera orgullo y respeto.
Previo al encuentro, Van Gaal afirmó que Messi “no juega mucho con el rival cuando tiene la posesión del balón. Ahí es también donde están nuestras posibilidades”. También aseguró que si llegaban a penales, estaban en ventaja. La respuesta del 10 fue contundente y respondió después del partido. Contó que se habló mucho y que los jugadores los provocaron una y otra vez.
Nos tratan de tramposos, de soberbios y ruegan, rezan, eligen vernos con la cabeza gacha. En las redes sociales se nota, en los medios más.
Los medios nacionales se regodean con una posición antipopular. Se ofenden porque los europeos están ofendidos. Se enojan, porque ¿Qué van a decir de nuestra falta de ética al momento de ganar? De contexto ni hablan y hay una certeza: una imagen no vale más que mil palabras. Una imagen acota la realidad, la construye a su manera. La dibuja y la replica el que te odia, el que necesita escupirte a la cara para sentirse bien. Nos odian por argentinos, nos odian por estar felices, nos odian y les da orgullo decirlo.
Sin embargo, aquellos que defienden con honor la ética y la moral y defienden a países europeos como España, pero se olvidan del peor bochorno deportivo: Juegos Paralímpicos de Sidney 2000.
El bochorno español
En el 2000 se disputó en Sidney los Juegos Paralímpicos. Poco se recuerda de aquel hecho que tuvo en el centro a España y que concluyó con una multa menor.
La Federación Españoles de Deportes para Discapacitados Intelectuales (FEDDI) logró la medalla dorada en el baloncesto con algo insólito: de los 12 jugadores, solo diez tenían alguna discapacidad.
Aquel fraude se conoció días después de concluirse los Juegos Paralímpicos. Uno de los integrantes del equipo, que también era periodista de la revista Capital, denunció la actitud española y advirtió que era una práctica habitual. Carlos Ribagorda aseguró que lo mismo había ocurrido en el Mundial de Brasil de 1998 o el Eurobasket del año siguiente.
La denuncia llevó a una investigación. Se descubrió que la mayor parte de los jugadores españoles que disputaron los Juegos en esta disciplina no sufrían ninguna discapacidad. Por ello, el Comité Paralímpico Español (CPE) retiró las medallas a los jugadores que participaron del fraude. Asimismo, inició otra investigación que concluyó con una multa menor, de poca relevancia en 2013.
¿Un chiste?
Los españoles fueron multados por diez euros al día durante un año. A su vez, una segunda multa exigía el mismo dinero, pero por seis meses. En total debieron pagar 5400 euros.
Al principio el fiscal exigía dos años de prisión para los 18 acusados. Sin embargo, se acordó solo condenar a Fernando Martín, máximo dirigente de la Federación de España. En su caso, la multa fue de 142.355 euros ya que, según detalló el diario Marca de España, cobró subvenciones para los deportistas que supuestamente eran discapacitados.
Por su parte, el abogado del Comité Paralímpico Español, Pedro Colina, afirmó que el acuerdo fue satisfactorio. Sin embargo, cuestionó que «juzgar trece años después no es bueno».
El periodista que denunció el hecho también fue imputado. Finalmente, 13 años después, fue absuelto.
Con información de Marca
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