Cuáles fueron los cambios que introdujo la Ley Piazza a la hora de denunciar abusos
El caso de Lucas Benvenuto y Jey Mammon puso en la mesa un tema silenciado históricamente: el tratamiento de los abusos sexuales hacia niños, niñas y adolescentes. Si bien la norma fue un gran avance, expertos destacan la necesidad de ampliarla.
Durante los últimos años, se realizaron varias modificaciones legales para garantizar el acceso a la Justicia de niños, niñas y adolescentes que hayan sufrido delitos contra la integridad sexual. Sobre todo para que se animen a denunciar en el momento en el que puedan procesar y expresar lo que vivieron.
Los cambios más recientes fueron la sanción en 2011 de la Ley 26.705, conocida como Ley Piazza, que apunta a que el plazo de prescripción del delito comenzara con la mayoría de edad, y la ley 27.206, sancionada en 2015, bautizada como Ley de Respeto al Tiempo de las Victimas que hace correr ese plazo a partir de que la víctima es mayor de edad y realiza la denuncia.
Piazza:
Denunciás por todos lados el trauma de ser violado por tu hermano.
Impulsaste la «Ley Piazza»
Presidís una fundación contra el abuso infantil.Pero ahora borras todo con el codo y te ponés del lado de Jey Mammón, tu amigo por 30 años.
Jodido.
¿Sos otro farsante del palo? pic.twitter.com/I5AFLUme8K— CUERDO ADDAMS (@addams_de) March 26, 2023
Si bien algunos especialistas coinciden en que las modificaciones fueron una ilusión para las víctimas a la hora de obtener una reparación, otros destacan que la falta de retroactividad de la norma de 2015 generó un problema, ya que no aplica para abusos que se cometieron antes de ese año.
Los expertos plantean dos caminos: que los legisladores redacten una nueva ley que subsane esta situación y otro apunta a un cambio de criterio en la Corte Suprema, con herramientas que ya existen en tratados internacionales y que podrían sentar jurisprudencia.
La falta de retroactividad de la Ley Piazza
El problema de estas leyes es que, al no ser retroactiva deja fuera todos los casos anteriores a su sanción. Por ejemplo, al menor que sufrió un abuso en 2014, en 2013 o antes, no se lo contempla dentro de la normativa actual y se lo deja afuera. Es decir, todo niño, niña o adolescente que deseen denunciar una situación de abuso que sucedió antes de 2015 tiene solo 12 años para denunciar.
Este vacío legal va en contra de los procesos individuales de cada victima. Los especialistas coinciden en que una persona abusada tiene que tener tiempo, poder declarar, manifestarse por el trauma que le genera la situación vivida.
El cambio social
Un factor positivo al respecto es el avance que se produjo en la sociedad durante los últimos años gracias al movimiento feminista y a convocatorias masivas como el #NiUnaMenos.
Antes directamente no se hablaba de violencia de género ni de abuso sexual. Tampoco existían leyes que protejan a las personas que han sido víctimas de este tipo de delitos, por eso la Ley Piazza y la de 2015 fueron avances importantes, porque generaron, por decirlo de alguna manera, una especie de ilusión en esta idea de obtener justicia y reparación de derechos. El problema radica en los años previos.
Qué pasa si está la ley y no la utilizan
María Elena Leuzzi, titular de Asociación de Víctimas de Violación, sostuvo en diálogo con El Destape que desde su experiencia, no hubo beneficios porque a pesar de que la ley esté, no la utilizan.
“Todo lo que es imprescriptibilidad tiene que ser a partir de 2015. Entonces, lo que estaba desde 2014 dicen que prescribió. Una víctima de La Plata me decía que le archivaron la causa y, por más que habíamos apelado, no hubo forma”, relató sobre la no retroactividad de la norma.
Sobre esto, añadió: “Esa víctima se queda con que su padre la abusó de los 9 a 13 años con acceso carnal y se queda sin justicia. Él vive en San Luis, formó otra familia con una chica de 3 años a su cargo y puede correr la misma suerte”.
“Este delito tiene que estar considerado entre los delitos de lesa humanidad para que no prescriba. Porque la víctima hasta el último día de su vida le va a cagar la vida. No se va a recuperar jamás”, agregó.
“Da bronca e impotencia. Hoy sacamos a la luz los apellidos conocidos, que son de la farándula, pero el 90% no tiene voz. Son los casos que atendemos todos los días, son seres humanos esos niños y necesitan ser escuchados, respetados y que se haga Justicia”, concluyó.
[…] En ese sentido, resaltó que las víctimas expusieron lo sufrido mucho tiempo después de los hechos y en ocasiones esto puede perjudicar su tratamiento judicial. […]