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Comidas congeladas: ¿cómo conservamos los alimentos?

En esta nota, algunos consejos para poder hacer una compra grande de ingredientes en la semana, respetar el distanciamiento social obligatorio, salir lo mínimo indispensable y tener alimentos a mano bien conservados y de manera práctica.

Las verduras y legumbres congeladas son una buena opción para organizarnos y poder comer sano durante el aislamiento por cuarentena, además de ahorrarnos tiempo en la cocina y garantizar comidas bien conservadas.

A excepción de las que contienen mucha agua (por ejemplo el pepino o el apio) prácticamente todas las verduras pueden conservarse congeladas. La forma más adecuada de hacerlo es blanqueándolas o cocinándolas al vapor previamente. Algunas como el morrón y la cebolla picados, hierbas como el perejil o el cilantro se pueden freezar en crudo. 

Las legumbres y algunos cereales también pueden conservarse congelados, tanto cocidos como crudos. Son muy económicos, rendidores y versátiles para adaptar a diferentes tipos de preparaciones. Es importante tener en cuenta que las verduras cocidas y congeladas pueden perder algunas de sus vitaminas o propiedades ya que quizás algunas no soportan el proceso de congelamiento, por eso es ideal mezclarlas con vegetales crudos en las preparaciones y, como siempre, consultar a profesionales si queremos realizar algún tipo de dieta en particular.

Verduras crudas

Conviene conservar en crudo aquellos vegetales que vayamos a consumir cocidos una vez descongelados.

  • Choclo: bien limpio. En rodajas o desgranado. Lavar, secar bien y porcionar. Dura varios meses.
  • Brócoli o coliflor: duran hasta 6 meses. Separamos los “arbolitos”, los lavamos y secamos bien y congelamos en bolsitas o recipiente bien hermético, con poco aire.
  • Hierbas (perejil, cilantro, albahaca): separar las hojas, lavarlas y secarlas bien y guardarlas en bolsitas o paquetitos chicos y herméticos. También podemos picarlas, mezclarlas con aceite de oliva y guardarlo en cubeteras para usar después de base en algún salteado. Los cubitos de aceite van directo a la sartén caliente para rehogar o hacer sofritos.
  • Jengibre: pelado. Rallado o en rodajas. Hermético y en porciones.
  • Cebolla, morrones de cualquier tipo y ajo: se pueden conservar picados o en rodajas, también porcionados y lo más hermético posible.
  • En invierno podemos tener también paquetes o bolsitas con verduras para sopa cortadas en cubos: zanahoria, puerro, calabaza, apio.

Verduras cocidas

Para blanquear las verduras basta con sumergirlas en agua hiviendo durante algunos minutos, de modo que queden precocidas y nos facilite el trabajo y la preparación cuando vayamos a consumirlas. Una vez blanqueadas, solo tenemos que pasarlas a agua fría para que pierdan temperatura y separarlas en porciones, siempre lo más herméticas posibles (puede ser en tuppers, bolsas para freezer o paquetitos hechos con material apto para el freezer).
Para las hojas tipo acelga o espinaca, conviene ponerles unas gotas de limón o de vinagre luego de blanquearlas para que conserven su color y escurrirlas muy muy bien antes de congelarlas.
Otra opción es precocer los vegetales al vapor si se cuenta con los utensilios necesarios. En este proceso las verduras conservan mejor sus nutrientes.

Legumbres

Un punto a favor de este ingrediente es que, si no queremos o no tenemos tiempo de cocinarlas, podemos freezarlas crudas. Eso sí, deben estar previamente remojadas por un tiempo prolongado, idealmente entre 10 y 12 horas. Luego solo basta con colarlas, secarlas y separarlas en porciones. Para utlizarlas a futuro podemos llevarlas directo del congelador al agua hirviendo o a la preparación que estemos realizando (por ejemplo, un guiso).
El remojado previo, durante varias horas, es importante y necesario también cuando queremos conservar legumbres cocidas y tenerlas ya listas para usar en ensaladas, salteados o preparaciones tipo hummus. Es ideal hacerlo durante la noche y cocerlas al otro día.
A continuación, algunos tips para cocinar de la mejor manera las legumbres clásicas luego de remojarlas.

  • Garbanzos: poner a cocinar en una olla cuando el agua ya esté hirviendo, a fuego medio. Ir retirando cada tanto la espuma que se va formando en la superficie y, si hace falta agregarle líquido a medida que se evapora, tiene que ser siempre caliente.
  • Porotos: comenzar a cocinarlas desde agua fría, también a fuego medio. Si hace falta agregarle agua, en el caso de esta legumbre tiene que ser fría.
  • Lentejas: ponerlas en una ollita con abundante agua fría, bajar el fuego cuando rompe el hervor y cocinarlas hasta que estén tiernas pero no muy blandas.

Importante: Para facilitar la digestión de las legumbres ya cocinadas, es recomendable colocar un trozo de alga kombu en el agua durante la cocción. También se les puede dar sabor agregando un diente de ajo y/o hierbas secas como hojas de laurel, ramas de romero o de tomillo. Nunca utilizar sal para cocinarlas. Una vez listas, las colamos, dejamos enfriar en su agua de cocción para evitar que se arruguen cuando las congelamos y las separamos en porciones.

Otros ingredientes que se pueden congelar cocidos son el arroz, el mijo, la quinoa y los trigos tipo burgol o sarraceno.

 

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