Es Tuyo, del Barrio, de Todes

A 46 años de los fusilamientos en la cancha de Racing

En 1977, en un paredón del estadio de Racing Club, un operativo policial terminó con el fusilamiento a quemarropa de cuatro hombres y dos mujeres, de entre 18 y 50 años.

Un acta elevada por Jorge Héctor San Félix, jefe de la sección regional Lanús de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (Dipba), narró: “Que el día de la fecha, siendo aproximadamente las 1:40 horas, en circunstancias en que fuerzas conjuntas recorrían la zona de Avellaneda, al llegar a la calle Colón entre Alsina e Italia, observaron que varias personas se hallaban pintando leyendas subversivas”. Inventando un enfrentamiento armado, la policía terminó con la vida de seis personas frente a un paredón de Racing Club. Al día de hoy, se encuentran desaparecidas.

En 2016, Rafael Barone, amigo del exjugador Omar Oreste Corbatta, declaró a la justicia como testigo. En su testimonio, afirmó haber visto, en las inmediaciones del sector boleterías, “varias personas muertas, fuera de la cancha, con tiros. (…) Al otro día ni comentamos ¿Qué íbamos a comentar? En ese tiempo estaba prohibido comentar las cosas”. Lo mismo denunciaron vecinos de Piñeyro. Las persianas de la cancha quedaron marcadas con agujeros con balazos de una 9mm de las fuerzas policiales.

(La comu de Racing)

En esto estuvo involucrada la fuerza represiva bonaerense comandada por Ramón Camps, quien creó el “Circuito Camps”. Era un sistema de represión ilegal basado en 29 centros clandestinos de detención y tortura, muchos de los cuales funcionaban en las propias dependencias policiales.

“Varias personas muertas, fuera de la cancha, con tiros. (…) Al otro día ni comentamos ¿Qué íbamos a comentar? En ese tiempo estaba prohibido comentar las cosas”

Rafael Barone

A su vez, en el cementerio municipal de Avellaneda existió el sector 134, donde el equipo de antropología forense exhumó 336 cuerpos, entre 1988 y 1992, los cuales fueron enterrados en fosas comunes. Actualmente están en estudio para obtener sus identidades.

A menos de diez cuadras del Estadio Presidente Perón se emplazaba uno de estos centros, conocido como “El Infierno”. Este estuvo ubicado en 12 de Octubre y José Estrada. Se cree que los fusilados salieron del “infierno” hacia las calles del Cilindro para ser asesinados.

Agostina Fuchs

Según expresó la Comisión por la Memoria, “en el edificio funcionó la Brigada de Lanús con asiento en Avellaneda, bajo la dependencia de la Dirección de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Entre 1976 y 1978 el lugar fue usado como centro clandestino de detención, tortura y exterminio. Luego del retorno de la democracia, el lugar siguió en manos de las fuerzas policiales.

La madrugada del 22 de febrero de 1977

Esa madrugada Rafael Barone y un amigo actuaron como ameritaba en la época. Se fueron a sus casas y no volvieron a hablar del tema. Hacía 11 meses que Argentina vivía represiones, detenciones y desapariciones forzadas de personas. El miedo y el silencio era el reflejo de una sociedad que temía denunciar estos crímenes de violencia.

Muchos años después, con la Memoria, la Verdad y la Justicia, se acercó a la comisaria para declarar lo que había visto esa madrugada en calidad de testigo presencial. Una causa que investiga los crimines de lesa humanidad perpetuados por el Primer Cuerpo del Ejército durante la dictadura se abrió a partir de su declaración testimonial.

Sin embargo, 44 años después no alcanza la información para determinar la identidad de estas personas fusiladas en la vieja boletería del estadio, ni tampoco se condenaron a los culpables.

Según se supo a través de un informe, la policía de esa época plantearon un “enfrentamiento” entre los militares y Montoneros que realizaban una pintada en las paredes aproximadamente a las dos de la madrugada.

El Infierno

Recién 18 años después, en 2011, mediante la ordenanza 2.321, el Concejo Deliberantes de Avellaneda designó el edificio como Espacio de la Memoria.

Agostina Fuchs

A Camps se lo juzgó y condenó entre 1984 y 1986 (en tres instancias) por más de 200 secuestros extorsivos, torturas, violaciones, asesinatos y sustracción de menores. En 1990, gracias a los indultos del gobierno de Carlos Menem, lo liberaron. Falleció en agosto de 1994, sin culpa ni cargo, llevándose consigo el destino de miles de luchadores populares.

Agostina Fuchs
Con información de lacomuderacing y el PO Avellaneda
1 comentario
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