Es Tuyo, del Barrio, de Todes

Bullrich comparó el caso Morena con uno de gatillo fácil

"La asesinaron, así como asesinaron a Blas Correa o a Joaquín Sperarni", enumeró la precandidata Patricia Bullrich desde Córdoba.

La precandidata a presidente de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, insistió en sacar rédito de la muerte de Morena Domínguez, la niña de once años de Lanús que tras sufrir un ataque murió. En este caso, la exministra comparó el fallecimiento de la menor con el caso de gatillo fácil de Blas Correa.

”Hoy los argentinos estamos conmovidos por el asesinato de Morena, una chica de 11 años que a las 7 de la mañana iba al colegio con su mochila. La asesinaron, así como asesinaron a Agustín en el festival de La Doma, como a Blas Correa, como a Joaquín Sperarni. Todos chicos”, sostuvo en una conferencia de prensa en Córdoba.

En ese marco, explicó que decidieron suspender las actividades correspondientes al cierre de campaña y agregó que viajaron igual a la provincia porque “era importante no fallarles”. “Nosotros vamos a tener mano firme y eso implica cuidar a la ciudadanía de verdad”, sostuvo.

Tras la conferencia de prensa, Bullrich afirmó en diálogo con La Nación, que, en caso de ser electa presidenta, enviará al Congreso de la Nación el proyecto de baja de la ley de imputabilidad y volverá a instalar el “Servicio Cívico Voluntarios en Valores” que se había impulsado durante el gobierno de Mauricio Macri cuando ella era ministra de seguridad.

La propuesta de bajar la ley de imputabilidad reaparece en un contexto donde, desde sectores cercanos a la dirigente y después de la muerte de Morena, comenzaron a circular en diferentes medios que uno de los detenidos e imputados por el crimen era un niño de 14 años. Finalmente, Sergio Berni fue quién salió a aclarar que ambos detenidos son mayores de edad.

El caso de Blas Correas

La madrugada del 6 de agosto de 2020, Juan Cruz Camerano Echevarría, de 20 años, conducía un Fiat Argo, junto a cuatro amigos compañeros del colegio, todos de 17 años.

Cuando circulaban sobre avenida Vélez Sarsfield y Romagosa del barrio Colinas, se había montado un control policial de prevención en donde los efectivos hicieron señas al conductor para que descienda la velocidad y se acerque al puesto de seguridad. Aparentemente los adolescente aceleraron y continuaron la marcha.

Camerano Echevarría, en su testimonio, había manifestado que se asustó porque cuando estaba por detenerse observó que uno de los policías empuñaba un arma que lo apuntaba en la cabeza.

Mientras los efectivos policiales notificaban las acciones, uno de ellos, Lucas Damián Gómez (37) efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria contra el automóvil que se movilizaban los jóvenes.

Por su parte, el oficial Javier Catriel Alarcón (33), que también se encontraba en el puesto de control, efectuó dos disparos sobre el vehículo en marcha, aún sabiendo que no había justificación legal para ello.

Las pericias determinaron que uno de los cuatro disparos efectuados por Gómez impactó en la espalda de Blas, provocándole así la muerte. Lo que podría haber sido una masacre terminó con un solo fallecido, ya que ninguno de los jóvenes sufrió heridas.

Para simular un enfrentamiento con un grupo armado los policías plantaron un arma en las cercanías al hecho. Puntualmente en la intersección de las calles Chacabuco y Corrientes.

Los amigos de la víctima lo llevaron hasta el sanatorio Aconcagua, donde se negaron a atenderlo. Cabe destacar que por ese accionar se tramita otra causa que fue elevada a juicio y que tiene a Sergio Casalino, Guadalupe Moya y Paola Andrea Mezzacapo imputados por abandono de persona y “omisión de auxilio”.

Culpables de la muerte del joven

Por unanimidad, la pena recayó sobre los cabos primero Lucas Gómez (37) y Javier Alarcón (35), a quienes también le atribuyeron la tentativa de homicidio calificado de los cuatro amigos que iban junto al adolescente de 17 años asesinado.

En el mismo fallo se resolvió también que los cinco chicos atacados a balazos fueron víctimas de violencia institucional y a su vez, el tribunal de juicio condenó a penas de entre dos años y medio y casi cinco años de cárcel otros nueve policías por distintas responsabilidades vinculadas al hecho principal, como “encubrimiento, falso testimonio y omisión de los deberes de funcionario público”; mientras que absolvió a los restantes dos efectivos que habían llegado al debate.

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