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Cómo impacta la desregulación de las leyes que protegen bosques y glaciares

Matías Mastrángelo, doctor en Biología de la Conservación e investigador del CONICET alerta sobre la fuerte desregulación y desfinanciamiento que propone el Gobierno de Milei sobre el ambiente.

A través de la Ley Ómnibus y el mega DNU, el Gobierno de Milei va por todo. Entre otras cuestiones, apunta a los derechos laborales, a la salud pública, la cultura y el ambiente. Las propuestas del Gobierno libertario eliminan la intervención estatal, dejando la regulación de las cosas en manos del sector privado, habilitando políticas que niegan, entre otras cosas, el cambio climático y ponen en riesgos nuestros bosques y glaciares, entre otros ecosistemas.

Para entender el impacto de las desregulaciones que intenta imponer La Libertad Avanza sobre nuestros bosques nativos y los glaciares, hablamos con Matías Mastrángelo, doctor en Biología de la Conservación de la Universidad Victoria de Wellington, Nueva Zelanda, investigador del CONICET y docente de la Universidad de Mar del Plata.

En diálogo con El Numeral, advierte cuál es el punto de partida de la situación de nuestros ecosistemas, de qué manera funcionan actualmente y qué podemos hacer para proteger el ambiente.

P: ¿Por qué es importante que el Estado regule el uso de los bosques, glaciares, pastizales y otras series de ecosistemas?

Estos ecosistemas producen una serie de bienes materiales. Los llamados recursos naturales tienen un valor en el mercado. A través de la ganadería se produce carne; a partir de la agricultura se producen granos; de la minería obtenemos una serie de minerales como el litio, entre tantos otros; y la pesca, y demás actividades económicas que hoy manejan un puñado de empresas privadas que se apropian de esos recursos naturales.

Esas actividades para el Estado nacional son importantes porque en un país como el nuestro, que no tiene desarrollo industrial, las actividades de producción primaria son una de las principales fuentes de ingresos de divisas y recursos para el país.

Las actividades de producción primaria son una de las principales fuentes de ingresos de divisas y recursos para el país.

Si esas actividades se hicieran de forma regulada, eso podría sostenerse en el tiempo y podría seguir generando ingresos y divisas. Para que eso sea sostenible tenemos que cuidar, proteger y conservar los ecosistemas en donde se producen esos bienes que tienen un valor en el mercado. Esos productos no se generan en una fábrica, sino que se generan en ecosistemas que tienen que estar funcionando de manera integral. Es decir, se necesita un bosque que pueda regenerarse para poder seguir extrayendo madera; se necesita un suelo que mantenga su fertilidad para seguir produciendo maíz, soja y pastura; se necesitan poblaciones de peces que se reproduzcan para seguir extrayendo peces.

Esos ecosistemas también son importantes porque nos proveen una gran cantidad y diversidad de servicios que son intangibles y que son disfrutados por toda la sociedad porque son de carácter público.

P: ¿Cuáles pueden ser los costos ambientales y sociales de estas medidas que impactan de lleno a los servicios ecosistémicos?

Los bosques capturan dióxido de carbono, que regula los extremos climáticos, emiten oxígeno que purifica el aire. También amortiguan las grandes lluvias y hacen que las inundaciones no sean tan grandes. Esos espacios naturales también dan oportunidades de recreación.

El problema es cuando la producción de bienes no tienen regulación del Estado, entonces las empresas privadas intensifican el uso de esos ecosistemas para extraer la mayor cantidad de recursos en el menor plazo posible y así aumentar sus rentas privadas. Esa intensificación y expansión de esas actividades extractivas y productivas va en contra del buen funcionamiento de los ecosistemas.

Cuando el Estado desregula el uso de los ecosistemas, aumenta la probabilidad de que se generen eventos extremos 

Cuando el Estado desregula el uso de los ecosistemas, aumenta la probabilidad de que se generen eventos extremos como las tormentas que estamos viendo en el país, las tormentas de polvo en el norte, las inundaciones, sequías, entre otros desequilibrios que se producen por el mal funcionamiento de los ecosistemas a causa del mal uso por parte de las actividades económicas.

P: ¿Qué implica la derogación de las leyes de Bosques nativos y Glaciares?

La flexibilización de la Ley de Bosques, por ejemplo, permite que en las zonas de mediano y alto valor de conservación definidas por los Gobiernos provinciales, puedan ser desmontadas. Eso va a generar deforestación en zonas en suelos que tienen suelos frágiles, que tienen un clima muy fluctuante, donde actividades como la ganadería y la agricultura no tienen un horizonte de sustentabilidad. O sea, las empresas privadas que quieren desmontar en esas zonas, van a quitar un bosque con todo su funcionamiento y todos los servicios que le presta a la sociedad. Se va a perder todo eso, mientras que las empresas privadas van a ganar unos años, unos pocos años de cosecha o de producción de carne.

Por ser zonas frágiles, con suelos pobres y climas inestables, después de unos años van a ser abandonados y esas empresas van a ir a otras zonas a hacer lo mismo y van a dejar detrás de sí un desierto, una zona muy empobrecida y degradada donde antes había un bosque funcional. Es una situación en la que perdemos todos.

P: ¿Cómo es el caso puntual de los glaciares? ¿Qué impacto tiene la actividad productiva sin regulación?

Los glaciares, que están en la zona de la Cordillera, son la principal fuente de agua de todo el pie del monte, las zonas más bajas donde hay grandes ciudades, economías regionales y todo lo que tiene que ver con la vitivinicultura en Mendoza y San Juan; las producciones regionales en Catamarca y la Rioja. Ese agua provee de riego a gran cantidad de población y a economías regionales gracias a que esos glaciares están en las zonas altas de la Cordillera.

En esas zonas glaciares y periglaciares también hay minerales en el subsuelo, que muchas empresas principalmente extranjeras, quieren extraer. Para hacerlo se tiene que usar una serie de tecnología y productos químicos. Esas extracciones requieren extraer una gran cantidad de agua, que si se usa para extraer minerales, no llega a la zona de los valles para proveer a la población y a la producción. Le quitan el agua y, además, al usar esos químicos, contaminan esa agua y la poca agua que llega, llega contaminada.

Es una situación en donde ganan unas pocas empresas concentradas. Esas ganancias se las llevan al exterior, porque son empresas extranjeras que emplean muy poca mano de obra local porque la mayoría trae de otras zonas o usa tecnologías que reemplaza a la mano de obra humana y, a su vez, esas ganancias concentradas son a costa de la pérdida de beneficios públicos. La desregulación del uso de los ecosistemas, la derogación de estas leyes de cuidado del ambiente, el patrón es similar: un beneficio para esas empresas privadas que hacen uso de esos recursos y un costo, una pérdida, para la población general por los beneficios que se pierden.

P: ¿Qué alternativas hay para producir y ser sustentables a la vez?

Desde el Conicet y nuestro grupo de trabajo buscamos alternativas productivas para que se pueda usar el bosque, que pueda producir bienes materiales sin perder su capacidades de producir los bienes intangibles que benefician a toda la sociedad, pero también la situación es muy similar en otros ecosistemas.

En el Chaco nosotros hemos encontrado que hay alternativas de uso del bosque y producción dentro del bosque que hacen que la producción y conservación sean compatibles. Encontramos soluciones técnicas y se las presentamos a los propietarios de las tierras y a los productores, pero muchas veces no son adoptadas, no tienen los incentivos suficientes y no son utilizadas.

Los propietarios de las tierras y los productores muchas veces tienen una visión de corto plazo donde lo importante es extraer la mayor renta posible en el menor tiempo posible.

Muchas veces los productores vienen de otras zonas del país que prefieren un tipo de producción como el de la región pampeana en donde el árbol y el bosque son un impedimento para la producción. Hacen grandes desmontes o grandes quemas para «limpiar la tierra» y poder producir como producían en su zona de origen. Además, en general no viven en esos campos y los manejan a la distancia, entonces no están dispuestos a adoptar sistemas de producción que sean más sustentables. Tienen una visión de corto plazo donde lo importante es extraer la mayor renta posible en el menor tiempo posible, y después seguir acaparando tierras baratas en zonas más remotas. Allí es cuando entran en conflicto con pobladores locales como comunidades campesinas e indígenas.

P: ¿En qué lugar queda el Acuerdo de Escazú al eliminar el acceso a la información y criminalizar la protesta?

Hay una gran cantidad de acuerdos y tratados a nivel internacional, que Argentina ratificó. Como el caso del Acuerdo de Escazú, pero la verdad es que esos tratados no son vinculantes porque su incumplimiento no lleva a ningún tipo de sanción para el país. Por ejemplo, para autorizar un desmonte o una extracción minera, las autoridades no consultan a la población sobre si está bien o no hacerlo. Se hace continuamente y sigue siendo invisible para la mayoría de la población que no vive en esas zonas rurales.

Las actividades económicas extractivas siguen utilizando los recursos naturales de una forma que no es sustentable.

Las actividades económicas extractivas siguen utilizando los recursos naturales de una forma que no es sustentable. Con las decisiones del Gobierno que acaba de asumir se van a intensificar aún más. Las pocas regulaciones e incentivos, o sanciones, ya no van a estar vigentes, entonces van a ser terreno fértil para seguir avanzando con esa lógica de extraer lo máximo posible en el menor posible.

P: ¿Qué rol debe tomar la sociedad?

La misma sociedad tiene que hacer presión a los gobernantes y a las autoridades para que no permitan ese mal uso de los ecosistemas y que la población sea consciente de la importancia de los ecosistemas para el mantenimiento de su hábitat y calidad de vida. Y también es importante difundir y concientizar todos estos procesos que suceden y que, hasta ahora, están invisibilizado.

Que la población, sobre todo los jovenes, se puedan organizar y que haya un control ciudadano sobre todas estas actividades sobre la desregulación y derogación de leyes, y que sea la propia población la que se movilice y demande a las autoridades por un ambiente sano y unos ecosistemas que sigan proveyéndonos los beneficios que son tan importantes. Creo que ese es el principio de la solución que debemos trabajar.

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