Cachitas Now: «Nuestras letras son nuestro espacio de militancia»
En diálogo con El Numeral, Melisa Lobos cuenta cómo es la experiencia autogestiva de la banda, cuáles fueron los desafíos de Cachitas Now y qué impulsa y sostiene el proyecto.
Cachitas Now nació en la ciudad de La Plata. La banda que sigue llevando fiesta a multitudes, está integrada por Guadalupe Mambrin en octapad; en el timbal, Matías Rodríguez; Ivana Alonso, en el gúiro y voces; Melisa Montejano en el bajo; Noelia Sinkunas, en el teclado; en guitarra y voz, Tomás Llancafil Williams; y Melisa Lobos en la voz.
Melisa, quien le da voz al proyecto, cuenta cómo fueron los comienzos de una de las bandas más escuchadas en movilizaciones y fiestas disidentes. Cómo es formar parte de un proyecto musical por más de diez años, qué cosas fueron mutando cómo el tiempo y qué proyectos los motiva para seguir incursionando en el arte de la cumbia.
¿Por qué Cachitas Now?
Nuestra banda se llama Cachitas Now porque desde siempre nos gusta jugar mucho con las palabras en inglés, utilizándolas en nuestra jerga cotidiana. Cuando pensamos en el nombre de la banda, éramos menos integrantes y en su mayoría lesbianas. Considerábamos que no eramos cachos o cachitos, sino cachitas. Cuando dijimos now, lo decidimos como ¿Cachitas cuándo? Bueno, ahora. Jugamos con eso y quedó Cachitas Now, para repensar nuestras identidades.
¿Qué cambió desde sus comienzos en 2012 a hoy?
Fueron unos grandes cambios. Al comienzo, Cachitas tocaba en espacios universitarios y, sobre todo, en ambientes platenses como el Olga Vázquez, la Facultad de Bellas Artes, las fiestas de Agronomía, etc. Nos movíamos más en ese tipo de circuitos, hasta que empezamos a despegar.
También en esos comienzos, nosotres eramos una banda de chicas haciendo cumbia y vino el feminismo que nos atravesó e hizo que nos replanteáramos nuestras identidades. Hoy ya no decimos más que somos una banda de chicas, porque no lo somos. Somos una banda de cumbia transfeminista, en la cual conviven diferentes identidades: varones trans, varones cis, lesbianas, mujeres y juntes conformamos este gran proyecto.
“Somos una banda de cumbia transfeminista, en la cual conviven diferentes identidades: varones trans, varones cis, lesbianas, mujeres y juntes conformamos este gran proyecto”
Además, hacíamos muchos covers. Nos gustaba mucho re-versionar cumbia de los ’90, hasta que surgió esa necesidad de empezar a buscar cómo decir con nuestras canciones lo que nos pasaba.No encontrábamos canciones que nos reflejaran, temas como «Tu Hermana» o «Ingrata», que fueron los primeros, dieron paso a la gran apertura de nuestra banda.
En la actualidad nos movemos en espacios más grandes. Nos gusta que nuestra música se escuche por todo el país, que sea federal. Nos movemos en espacios culturales autogestionando nuestras fechas… Crecimos.
¿Cómo es sostener de forma autogestiva un proyecto musical durante tanto tiempo?
Yo siempre digo que es mi relación más larga. Son muchos años de vivir muchísimas cosas. El trabajo autogestivo lo que tiene de bueno es que aprendes muchísimo. Sacas muchísimas herramientas, que capaz quien tiene su disquera o productora lo releva y ya está.
Nosotros aprendimos a hacer todo, desde el flyer hasta como registrar un tema, hacer planillas de SADAIC o entender cuáles son nuestros derechos como musiques, entre tantas otras cosas.
Antes no sabíamos que era un raider y ahora tenemos todo un PDF con toda la planta de sonido, lo que requiere la banda y los requisitos. Antes pasábamos en un papelito anotado cuántas líneas plug llevaba cada instrumento. Y eso también tiene que ver con nuestro crecimiento y con una profesionalización de nuestra música.
Lo malo es que todo cuesta el doble. Nosotres tenemos que buscar la fecha, meternos en el circuito, la visibilización es un poco más compleja, pero a la vez sigue siendo enriquecedor porque aprendemos mucho de ese camino.
¿Cómo se llevan con el público de Cachitas? ¿Hay espacios a los que deciden no ir a tocar?
Con el público «cachetero» nos llevamos muy bien. De hecho, somos de acordarnos de la gente que va y que nos sigue hace mucho tiempo, así que ya creamos algunos lazos y amistades.
A veces nos pasa que hay algunos espacios en los que no queremos tocar. Nos pasó de tocar en un espacio donde los organizadores tenían denuncias por acoso. Pero fuimos y dimos nuestra versión de eso. En ese sentido, siempre esta bueno pudrirla en el escenario, ocupar los espacios.
A veces decimos que no y a veces nos gusta ir para decir lo que pensamos. Siendo banda disidente no nos han pasado cosas muy terribles. Capaz en alguna ocasión hemos sufrido malos tratos o que no reconozcan nuestras identidades, que tengamos que estar explicando todo es bastante violento.
¿Por qué cumbia?
Como dice nuestro tercer disco «Livin la vida cumbia», vivimos en cumbia. En mi caso yo me críe desde que tengo uso de razón, escuchando discos como El Conejito Alejandro o Gilda y cuando me vine a estudiar a La plata y conocí a mis amigues, decidimos armar esta banda. La idea de hacer cumbia y llevar fiesta al publico nos pareció muy importante, nos divertía la idea. De hecho, al comienzo era como vivir en un viaje de egreso.
Después de 10 años, mantenemos esa fiesta en el escenario. Nos gusta hacer cumbia, nos gusta apropiarnos de este género que durante mucho tiempo fue apropiado por masculinades. Como dije antes, los espacios hay que ocuparlos, los géneros reivindicarlos, revolucionarlos y darles otra impronta. Un poco eso es lo que hace Cachitas, tomamos lo que nos gusta del género y hacemos de él, nuestra propia cumbia.
¿Cómo son los procesos de composición?
Cachitas siempre le canta al amor. Pero a ese amor no tóxico, al amor que no busca caretaje, al que pide jugarsela, a los vínculos sanos. Eso si tiene que ver con lo que nos atravesó desde el contexto sociocultural, porque cuando empezamos a repensar nuestros vínculos, nuestros espacios, a ver que gracias al transfeminismo pudimos entender todas las violencias naturalizadas, a través de nuestras canciones decidimos ponerlo en juego.
Así que si, todo lo que nos rodeó esta reflejado en nuestras canciones. Mas en nuestro segundo disco que fue «Chonga», un disco más contestatario. Ahí hablamos del aborto, del jugársela y que te re cabe que una persona te venga a encarar, que es mi cuerpo y que uno decide.
Los procesos están atravesados por el contexto sociocultural, y en este tercer disco también porque fue hecho en pandemia, en un contexto donde surgieron cosas nuevas.
¿La música es una forma de militancia?
La música ha sido un espacio para militar. Nosotres desde que comenzamos hemos militado un amor libre, el respeto a las identidades, el crear vínculos sanos, el cupo laboral trans, las infancias, el aborto seguro, legal y gratuito, entre tantas cosas. Hoy seguimos militando para que nos digan dónde está Tehuel.
Nuestras letras han sido el espacio para poner en palabras lo que nos venía sucediendo. Como fue cantar una canción que diga «estoy enamorada de tu hermana» y presentar un amor lésbico en una cumbia entre tantas otras canciones que tenemos, que fueron y son nuestro espacio de militancia.
¿Cómo es la relación de Cachitas Now con otras bandas disidentes actuales?
De hecho, nosotres teníamos un ciclo que se llama «festichonga mimosa», en la cual juntábamos toda la mostrada, como nos gusta decir. Hemos hecho fiesta con Chocolate Remix, con las Kumbia Queers, Sudor marica, Rebelión en la Zanja, entre tantes otres.
En el medio de eso, vino la pandemia. Recién ahora estamos saliendo a tocar y a compartir con otras bandas. No solamente con bandas disidentes, sino también con bandas de espacios autogestivos, de cumbias emergentes y también como quedamos dividides, una tanda vive en La Plata y otra en Capital Federal, estamos conociendo otros círculos y moviéndonos por todos esos lados.
La mejores experiencias fueron en escenarios grandes donde nos tocó compartir con esas bandas. Sin ir más lejos, una que fue hermosa fue la campaña del aborto en 2018. Tocar en Congreso fue espectacular. La recepción del público fue hermosa e ir y hacer nuestras canciones ahí fue una manera también de acompañar la lucha.
Si te puedo decir, otras experiencia increíble fue esta última fecha que fuimos teloneres de la Delio Valdez en La Plata y fue un fiestón. Son muchísimas las buenas experiencias que hemos tenido y que valen la pena recordar.
¿Cómo son recibides en otros lugares que no sean Buenos Aires?
No hemos tenido muchas malas experiencias, porque las fechas casi siempre las buscamos nosotres. A no ser que nos contraten, que ahí es diferente. En una festival provincial en Chubut, todas las bandas eran de varones, menos una chica que era solista y nosotres. Ahí nosotres contamos que existe el cupo en los escenarios y la gente no estaba enterada. Es algo que se sigue invisibilizando, pero es otro espacio donde hay que seguir dando batalla.
Por lo general, la recepción siempre fue muy buena. Ya hace unos cuantos años que no venimos haciendo covers. Mostramos enteramente nuestro proyecto y hay una gran aceptación. De hecho, eso también después se refleja en la gente que nos empieza a seguir en las redes. Obviamente después queremos más masividad y que nos pasen todo el tiempo en las radios, pero sabemos que ya va a llegar. Es paciencia, estamos trabajando para eso.
¿Cuáles son los proyectos a futuro?
Para este año teníamos una gira prevista por Estados Unidos porque quedamos seleccionades por el Center Stage, una plataforma cultural de Estados Unidos que lleva varias bandas de todo el mundo. Cachita aplicó para ver si quedaba y quedamos.
Esa gira se iba a hacer ese año, pero por la pandemia nos la postergaron para el año que viene, así que el proyecto 2023 es irnos de gira a Estados Unidos.
Se viene la presentación de nuestro tercer disco en noviembre aproximadamente, un álbum hecho en pandemia, con otro sonido y otra impronta. Tiene tres ft que dejan mucho de que hablar así que en lo pronto vamos a estar tirando adelantos de eso.
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