«No vine a guiar corderos, sino a despertar leones», sostiene Milei, mientras obtiene un 13% de votos. Es decir, vivimos en una Argentina con mas de doscientos mil vecinos que decidieron convencidos votar a quien promete ser una amenaza y sostiene estar dispuesto a todo para asegurar su libertad individual.
Pero antes, ¿de dónde sale este fenómeno retrogrado?
Milei nació un 22 de octubre de 1970 en el barrio porteño de Palermo. Es licenciado en Economía por la Universidad de Belgrano y cuenta con otros dos títulos de posgrado.
La mayor parte de su trayectoria profesional la desempeñó como asesor económico en diversos organismos y entidades financieras. Una labor que compaginaba con su trabajo como profesor de Economía en universidades de Argentina y afuera del país.
En 2016, Milei comenzó a ganar notoriedad pública gracias a sus intervenciones radiales y en televisión, donde hablaba con un lenguaje “políticamente incorrecto” y repetía en loop que es “anarcocapitalista de largo plazo y minarquista de corto”. En síntesis, minarquista significa que el Estado solo se debe ocupar de la seguridad y la justicia. Y anarcocapitalista sería que, cuando la tecnología lo permita, se elimine esa intervención del Estado.
En síntesis, la idea y el proyecto que plantea Milei es reducir el Estado a lo mínimo posible, incluso en temas como seguridad y justicia. Para él, todo debería ser de dominio privado.
En los últimos años, y gracias al nuevo término que se instaló en las juventudes: “el consumo irónico”, los medios le dieron muchísimo lugar y tiempos de aire a esta figura llamativa y performativa que dejó muy en claro sus intereses políticos y personales. Entre ellos, sostuvo que las medidas de cuidado como la cuarentena y las restricciones nocturas eran un “crimen de lesa humanidad indirecto”. Milita por la eliminación del propio peso argentino, porque en su opinión, solo sirve para “empobrecer” a la población. Niega el cambio climático y se declara a favor de la portación de armas.
¿Quiénes lo eligen?
Aunque pensemos que estas ideas de dinosaurio están apoyadas por un público de mayor edad que no logró ayornarse a los nuevos modelos de vida, no es así. Lo sorprendente es que la mayoría de los votantes son varones heterosexuales fanáticos del capitalismo y que tienen entre 15 y 24 años.
Gracias a este público centennial y «libertario», el personaje en cuestión tiene muchísima llegada en redes. Al dia de hoy tiene casi 500.000 seguidores en Twitter y más de 810.000 en Instagram. No solo eso, además llena teatros y salas de conferencias. Una repercusión tal que a principio de este año festejó su cumpleaños número 50 en una plaza con centenares de asistentes.
La rebeldia y una derecha organizada se asoma
Con la figura «punk» de Milei, es muy facil consumir la idea de que lo ideológico va como segundo plano y caer en una lectura más estética de lo rebelde y lo antitodo. Es importante entender que detrás de esto hay muchísimo odio que amenaza al país como un posible escenario similar a el de España con la derecha que plantea VOX. O con Brasil sufriendo de las medidas de Bolsonaro.
Cuando pienso en Milei, pienso en los inicios de Trump, pienso en Chile, en el avance de la derecha en Latinoamerica, pienso en Marielle Franco, en Tehuel de la Torre. Pienso en el enorme paquete de derechos conquistados en estos últimos años. Las juventudes al escuchar una propuesta de mejorar la economía del país y dejar de ser el «tercer mundo» y la importancia de las «libertades individuales» ponen en juego nuestros derechos como disidencias, como feminismo organizado y como juventudes con proyectos y sueños.
Como dijo en su último discurso, tras ver los primeros resultados despues de las PASO, su muy probable banca en el Congreso «va a ser una amenaza para todos». Probablemente, esta sea la única vez en la que estemos de acuerdo con el candidato de derecha. Si este porcentaje en dos meses se mantiene, Milei podría ser diputado nacional en la Ciudad de Buenos Aires. Lo que da miedo y nos hace retroceder hacia el conservadurismo, el machismo y la violencia en todas sus formas.
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