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Encuentros plurinacionales hasta que la dignidad se haga costumbre

La ciudad de San Luis recibió a más de 130.000 lesbianas, mujeres, travas, no binaries, bisexuales, intersexuales, negras, indígenas y afros que debatieron durante tres días como construir colectivamente una vida libre de violencias. Repasamos los ejes más importantes del Encuentro.

Por primera vez San Luis fue sede del 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries. Además, presenció el nacimiento del primer encuentro plurinacional sumamente importante ya que las mujeres del territorio: indígenas, originarias, marronas, negras y migrantes siguen siendo infantilizadas, invisibilizadas, perseguidas y asesinadas.

“Este sistema se sigue apropiando de nuestro trabajo, seguimos garantizando los cuidados; seguimos ocupando más tiempo para criar, cocinar, limpiar y acompañar. Somos lesbianas, travestis, trans, intersexuales, bisexuales y no binaries que siempre participamos en los encuentros pero que nunca fuimos nombrades. A la clandestinidad y a la invisibilización no volvemos nunca más, sostuvieron en la apertura desde la organización del encuentro.

Marcha 35° Encuentro Plurinacional. Foto: El Numeral

Lo que no se nombra no existe

Para entender mejor la importancia de esta edición del encuentro es fundamental repasar la historia. El encuentro es una práctica social feminista y transfeminista que se realiza anualmente desde 1986 y que se inició con el nombre de “Encuentro Nacional de Mujeres”.

En los sucesivos encuentros, y en particular durante los talleres, asambleas, escuelas, calles y en las plazas de Resistencia, Trelew y La Plata se debatió reiteradas veces la manera de nombrarse. Miles de militantes y activistas tuvieron que enfrentarse durante el último encuentro contra sectores racistas y negacionistas que rechazaron el cambio de nombre.

Lo que no se comprendía es que no se trataba de una palabra más o menos en el título del encuentro, sino que nombrarse podría abrazar y contener a compañeras indígenas originarias, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersexuales y no binaries.

Marcha 35° Encuentro Plurinacional. Foto: El Numeral

El cambio de nombre era una deuda pendiente con el movimiento. Era necesaria de saldar para darle continuidad a los encuentros, con la identidad que se fue construyendo entre todes durante toda la historia de lucha.

Este cambio de nombre no implica borrar la historia. Al contrario, es retomar las banderas de las luchas feministas, transfeministas, de mujeres y disidencias indígenas originarias y nombrar a quienes desde hace años sostienen esas luchas. Significa la responsabilidad política de reconocer nuestras demandas del presente y profundizarlas.

La importancia del encuentro

Luego de dos años de no poder concretar el encuentro presencial que nos convoca a colmar las calles de distintos territorios, este fin de semana nos reencontramos para sentir el calor de nuestra lucha.

En este espacio compartimos ideas, acciones y experiencias, donde nos planteamos los nuevos
desafíos del movimiento y cómo conseguir una completa liberación contra la opresión que históricamente nos impone este sistema capitalista, patriarcal, racista y colonial.

La apuesta, como todos los años, es seguir construyendo feminismos populares, proletarios, transfeminismos antipatriarcales, anticapitalistas, antiimperialistas, antiextractivistas, anticoloniales, antirracistas,
antibiologicistas, antiadultocentristas, antiespecistas y anticlericales.

Marcha 35° Encuentro Plurinacional. Foto: El Numeral

Por otra parte, la pandemia puso al desnudo las consecuencias de una crisis orgánica y sistémica a nivel mundial que se viene arrastrando hace años y que pone en jaque la vida de la clase trabajadora. En un contexto complejo como este, se vuelve fundamental el encuentro y la organización porque nos siguen acosando, violando y matando.

Asimismo, la crisis sanitaria expuso la violencia sistemática en todos los ámbitos, sobre todo dentro de las instituciones judiciales y en espacios donde las fuerzas de seguridad se encontraron con mucha más impunidad de la que tenían.

Los medios de comunicación no ayudan

La importancia de que el encuentro sea federal y plurinacional queda en evidencia cuando llegamos a provincias caracterizadas por ser católicas y conservadoras. Cientos de vecinos cerraron sus negocios, organizaron vigilias en sus domicilios y difundieron en grupo de whatsapp puntos de encuentro para reunirse y atacar a grupos de militantes y activistas transfeministas.

Vecinos y vecinas, al vernos llegar y dialogar con compañeras trabajadoras, docentes, madres y abuelas se dieron cuenta que podían aprovechar el encuentro para intercambiar ideas, para acercarse a la feria a vender sus artesanías y hasta participar de las actividades culturales.

Marcha 35° Encuentro Plurinacional. Foto: El Numeral

Conductores de colectivos y taxis relataban que colegas decidieron no trabajar por miedo a que “las mujeres” los agredan físicamente por el simple hecho hecho de ser varones.

“Quedamos como unos mal hablados, en un fin de semana pude cambiar la cubierta del auto. Los almacenes y supermercados vendieron como nunca. Nunca vimos tanta cantidad de micros y personas en la ciudad”, relataba Victor Torres, taxista de la Ciudad.

Además, durante las movilizaciones del sábado y del domingo, vecinas se asomaban a las ventanas, balcones y terrazas a cantar las canciones que representan el colectivo y algunas luego de escuchar el cántico “mujer escucha, únete a la lucha”, se unieron a recorrer las calles de la ciudad con organizaciones de mujeres y disidencias.

Aparición con vida de Guadalupe Lucero

En cada lugar por donde pasan los encuentros se visibilizan las luchas de cada territorio. En ese sentido, una de las consignas que más se repitieron durante los tres días fue la aparición con vida de Guadalupe Lucero, una nena de 6 años que desapareció en junio del años pasado en San Luis.

“Hay que cambiar la mirada del encuentro, los ciudadanos piensan que vinimos sin motivo alguno. Pasamos por San Luis por la violencia económica que hay, por la desaparición de Guadalupe, para cambiar las realidades de las mujeres que están en sus casas”, sostuvo Zayra Rojas, activista trans feminista y vocera del encuentro. 

“La desaparición de Guadalupe nos sensibiliza. Queremos dar a entender que el pedido número 1 es la aparición con vida de Guadalupe”, concluyó.

Marcha 35° Encuentro Plurinacional. Foto: El Numeral

En memoria a las compañeras travestis trans que abrieron camino a la conquista de derechos

Además del reclamo por la aparición con vida de Guadalupe, se reclamó la aparición de Tehuel de la Torre (el joven trans desaparecido en el conurbano bonaerense) y se reclamó por una reparación historia para las compañeras travestis y trans mayores que no pueden acceder a un trabajo registrado por su pésima calidad de vida.

“A 10 años de la Ley de Identidad de Género, menos del 10% de la comunidad travesti trans accede al trabajo formal. Esta es la continuidad del genocidio y abandono que históricamente seguimos padeciendo por parte del Estado. Exigimos la inmediata adhesión e implementación, en todo el territorio, de la Ley 27.636, cupo laboral Travesti-Trans Diana Sacayán Lohana Berkins, sin modificaciones ni reemplazos. Como así también el reconocimiento histórico que nos deben”, sostuvieron en el cierre del encuentro, luego de leer las conclusiones del taller de Mujeres Trans, Travestis, Transexuales y Transgéneros.

Marcha 35° Encuentro Plurinacional. Foto: El Numeral

“Nos estamos muriendo en el abandono y demandamos una vida digna. Continúan los travesticidios, transfemicidios y transhomicidios. Porque seguimos buscando a Tehuel de la Torre y seguimos exigiendo justicia por todas las compañeras asesinadas”, concluyeron.

Encuentro Plurinacional en Río Negro

Desde nuestras resistencias organizadas seguiremos abriendo camino a las revoluciones que soñamos,
porque nos mueve el deseo de cambiarlo todo hasta que la dignidad se haga costumbre. Este 35° encuentro fue el primero plurinacional con las disidencias pero no el último. Esperemos que el año que viene la provincia de Río Negro sea testigo de otro evento histórico, no solo para el feminismo sino también para la historia de nuestro país.

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