Otro ataque de odio a un centro cultural porteño

P: ¿Qué es JJ Circuito Cultural?

R: Somos un espacio popular, transfeminista y barrial. Un centro cultural que está en el barrio de Abasto desde el 2017 y que busca tejer redes comunitarias con otros espacios, artistas y con el público que participa de los eventos y la programación que hacemos.

JJ busca, sobre todo, poder pensar a la cultura como una trinchera más desde la cual disputar sentidos y disputar política en la Ciudad de Buenos Aires. Desde ese lugar, también visibilizar y dar lugar a artistas y trabajadores y trabajadoras de la cultura que por ahí no tienen tanta visibilidad en otros espacios.

P: ¿Quién fue la primera persona que vio las pintadas?

R: La primer persona que vio las pintadas fue una compañera de un espacio cercano, vecino, que se llama el “Panda Rojo”, que está en la esquina de Jean Jaures y Av. Sarmiento. Nos mandó la foto, nosotros no estábamos enterades de absolutamente nada. Un compañero nuestro lo mandó a un grupo de WhatsApp. Todo sucedió a las diez de la noche del viernes 13 de enero. Ese día nosotros no abrimos entonces cómo no había nadie en el espacio, aprovecharon para realizar las pintadas.

Después acudimos al lugar al otro día y el mismo sábado nos despertamos con la necesidad de empezar a pensar una estrategia colectiva de respuesta o pensar que hacer con el tema.

P: ¿Habían sufrido otras agresiones?

R: Nosotros particularmente no sufrimos agresiones de este tipo anteriormente, pero no es un hecho aislado. Hay un montón de espacios culturales del barrio, sobre todo de Abasto y Almagro que vienen hace bastante tiempo sufriendo estos ataques. Entre ellos, “La Casa de Teresa”, “AMARAMA Patio Cultural” o “Roseti”.

Sin ir más lejos, recientemente se realizó un mural de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en el Parque de la Estación y al otro día de pintarlo amaneció todo escrachado con pintura negra. Se volvió a pintar el mural y lo volvieron a escrachar. Es algo que viene pasando hace ya bastante tiempo en el barrio, nosotros lo venimos hablando con la comuna y con distintas autoridades.

P: ¿Hicieron la denuncia?

R: Hay una denuncia realizada por los espacios culturales de la zona y nosotros lo que hicimos inmediatamente fue empezar a buscar información y aportar nuestro testimonio a la denuncia que ya está realizada. Hay una idea de quienes son autores del hecho, hay un par de cámaras que se filmaron de las pintadas de otros espacios, pero es una denuncia penal que está radicada en fiscalía así que no hay mucho más que eso.

P: ¿Cómo fue la reacción de les vecines del lugar?

R: Con respecto a la reacción de los vecinos, la verdad es que nosotres venimos teniendo un vínculo difícil desde que abrimos las puertas porque obviamente somos un espacio que genera ruido, bandas, música y mucha gente. De todas maneras, últimamente venimos mejorando el vínculo, logrando una armonía y una convivencia un poco más amena. Estamos realizando algunas obras de acustización para tratar de molestar lo menos posible.

El lunes, la vecina de al lado del espacio, que es con la que mejor nos llevamos, nos contó que otre vecine del barrio vio a las personas haciendo las pintadas y empezó a filmarlos. Pero como recibió una amenaza, dejó de filmar. Parece que se comunicaron entre les vecinos y se lo mandaron. Después, esa información nos la mandaron a nosotres lo cual es enorme, es un gran gesto. Que los vecinos nos banquen en este momento es súper importante.

P: ¿Por qué crees que suceden este tipo de acciones violentas?

R: Yo creo que hay una escalada de violencia sin igual que venimos viviendo hace un par de años y que se recrudeció este año teniendo para nosotres el pico máximo de impunidad y odio total en el atentado contra nuestra Vicepresidenta. Básicamente ese hecho hizo que todo lo que pensábamos que no era posible, termina siéndolo. Desde entonces hay una democracia que está muy vapuleada.